‘Cenicienta’ está de cumpleaños
Parecerá una nimiedad referirse al 75.° aniversario de una película dedicada a la infancia. Es una obra, concebida, con escenas semejantes a la de un musical, de la que poco tendría hoy que decirse. Sin embargo, es necesario un momento para el respiro, y de alguna forma, recobrar las experiencias de la niñez. Se trata del filme Cenicienta, de Disney, estrenado el 15 de febrero de 1950.
No es de extrañar que sea el primer largometraje, en dibujos animados, elaborado por la mencionada compañía estadounidense, después de la Segunda Guerra Mundial. Aparte del expreso deseo de recuperarse económicamente de los estragos ocasionados por el gran conflicto bélico, esta empresa creó la versión de un relato narrado en casi todas las culturas del orbe. Para que se tenga una idea de ello, el psicoanalista Bruno Bettelheim, en 1974, expresaba que «Cenicienta» es el cuento de hadas más popular y más extensamente divulgado en el mundo entero”.
Así como en el Antiguo Testamento, Jacob mira la túnica manchada de sangre que perteneció a su hijo José y piensa erróneamente que ha muerto, y en la misma historia, la esposa de Potifar se apropia de otra vestimenta de José y lo acusa injustamente de haber intentado ultrajarla, de esa manera se evidencia que un ropaje sirve para dar por perdida o hallada a una persona. Por su parte, en el cuento de Cenicienta, la zapatilla funciona como prueba de su desaparición en el baile y también es el instrumento fundamental para dar con su paradero.
Resulta imposible señalar con exactitud cuál es la versión más antigua del cuento. Los egipcios la conocen como «Rodophis» o «Nitocris». Es la joven que deja sus sandalias en la orilla de un afluente del Nilo para refrescarse en el agua. Un halcón agarra una de esas sandalias, vuela hasta el palacio y la deja caer en los regazos del faraón. Este hombre jura que se casará únicamente con la mujer que pueda calzarla. Un rasgo importante es que el gobernante, cuando encuentra a su amada, a pesar de su poder, tiene el cuidado de preguntarle si desea ser su esposa.
También está «Shih Chieh» o «Yeh-hsien», la Cenicienta china, la cual entierra el espinazo de un pez que amaba, y que fue muerto por su cruel madrastra. De esa tumba surge un árbol que le provee el vestido y los zapatos para asistir al baile.
O bien, existe la versión japonesa, conocida como «Flor de Ceniza». En esa cultura resulta comprensible que la belleza femenina se vea expresada en el pequeño tamaño del pie. Sería una tarea inacabable recopilar todas las versiones de un cuento popular que se ha transmitido de generación en generación por medio de la oralidad y la escritura.
Posiblemente, una de las versiones más conocidas sea la del abogado francés Charles Perrault, publicada en 1697, en la que se observa la presencia de un hada que sustituye a la figura materna, la cual aporta las emblemáticas zapatillas de cristal. Por otra parte, los hermanos Grimm, en Alemania, en 1812, presentan un árbol que brota de la tumba materna, en cuyas ramas aparece la vestimenta necesaria para acudir al baile.
En la versión de Disney, se observan estos simbolismos ancestrales. Para los egipcios, Rodophis significa la Luna y el faraón, el Sol. En la versión japonesa de «Flor de Ceniza», el emperador también es el sol. En el filme, el vestido de gala de Cenicienta tiene los colores celestes de la luna y el príncipe lleva una casaca amarilla como el sol.
Por otra parte, el cristal de la zapatilla representa, para el filósofo y teólogo Jean Chevalier, uno de los más bellos ejemplos de la unión de los contrarios. A través del cristal se puede ver, y por lo tanto es posible pensar en la adivinación y la sabiduría. Debe anotarse que la protagonista sabiamente deja un objeto transparente para ser encontrada y el príncipe, si realmente la ama, debe adivinar dónde hallarla.
Para la psicóloga Marie-Louise von Franz, el cristal es símbolo del espíritu. Así, puede interpretarse que Cenicienta deja una representación espiritual de sí misma antes de marcharse del baile.
Carmen Lyra afirmaba, en 1914, que Cenicienta “es el primer cristal de belleza que se prende del alma”. Ha de ser por ello, que es válido recordar el aniversario de la película de Disney, y por supuesto, seguir leyendo antiguas y nuevas versiones de este entrañable cuento.
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Carlos Rubio Torres es profesor jubilado de la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional.