Si tienes instalado el termo eléctrico, este es el truco que debes seguir para dejar de pagar una fortuna en la factura
Aunque la primavera se presenta como algo cercano, ya ha quedado atrás el frío de enero, las reciente bajada de temperaturas pone n un apuro al termostato de nuestro salón. Es por eso que, aunque hemos de ser precavidos con el uso de los recursos energéticos, estos nunca pueden faltar en el núcleo familiar. De este modo, cada casa tiene sus propios trucos para recortar unos céntimos a la factura mensual, pues, con la última subida de los precios, la soga cada vez está más apretada y no parece que, en un periodo próximo de tiempo, vaya a bajar.
En este contexto entran a escena los recursos caseros, las mañas que se busca cada uno para combatir al gélido clima. Sin embargo, otro de los factores que afectan de manera directa a esta disyuntiva son los diferentes sistemas de calefacción. Mientras que la caldera de gas ha reinado durante décadas en los domicilios de los más mayores, otras alternativas como la reutilización de las energía naturales o el termo eléctrico están a la orden del día. Concretamente, el aparato que hoy nos concierne es este último. Esta estructura es una de las más usadas para la obtención de agua caliente. Además, con su fácil instalación, resulta sumamente atractiva para nuevos hogares.
Comparando el método tradicional de caldera con la alternativa eléctrica, en tanto que la transición del agua caliente es casi inmediata en el termo, con el gas hay que esperar unos minutos. Por otro lado, el termo no suele necesitar mucho mantenimiento mientras que las calderas necesitan unas revisiones sistemáticas. Asimismo, con el termo es más sencillo mantener una temperatura constante, pero en el otro caso pueden sufrir altibajos en el caso de que se abra un segundo grifo. Por el contrario, el coste de energía resulta mayor en la elección eléctrica y su capacidad se limita al depósito.
El enchufe inteligente: ahorra con el termo eléctrico
El precio de energía en el termo eléctrico es uno de los principales agujeros en los que este sistema decae. No obstante, esto suele ser debido al derroche que sufre su estructura, pues la mayoría del tiempo que está activado realmente no cuenta con un uso específico salvo en situaciones puntuales. Es entonces donde resalta el empleo del llamado "enchufe inteligente". Es un hecho que, con su instalación, el ahorro se llega a asemejar al del resto de sistemas, equiparando en cierta manera su coste y la capacidad energética. Al mismo tiempo, su uso se limita a los momentos concretos en los que se lleva a cabo su actividad.
De este modo, las programación de las horas claves resulta el principal motivo de este procedimiento. Con el enchufe inteligente se puede evitar el hecho de que el termo permanezca activado durante todo el día y solo sea activado en las horas donde su empleo es requerido. El agua caliente es necesaria en instantes determinados. Así pues, el consumo se focaliza cuando verdaderamente importa, evitando el despilfarro de recursos energéticos que se materializan en un aumento de la cifra final de la factura. Por lo que, para todos aquellos que tengan instalado el termo eléctrico, el enchufe inteligente es la piedra angular del ahorro.
Consejos para ahorrar en tu factura
Siguiendo con lo mencionado, para mejorar en términos energéticos, es importante desactivar el termo cuando no se vaya a usar, sobre todo, en periodos extendidos de tiempo. De esta manera apagarlo cuando nos vayamos de vacaciones o simplemente, cuando la casa esté vacía es la opción más recomendable. Asimismo, si ubicamos la temperatura media en el termostato en torno a los 50ºC podremos disponer de agua caliente sin que el sistema lleve a cabo un gran esfuerzo y esta medida no se transforme en sobrecostes inesperados.