El convento del Santo Ángel de Capuchinos acogió el primer Encuentro de Hermandades Conventuales Pastoreñas , que se celebró el sábado en torno a la devoción por la Divina Pastora y congregó a 200 participantes procedentes de hermandades de Sevilla, Málaga, Jerez, Jaén, San Fernando, Sanlúcar de Barrameda, Motril, Melilla, junto con Córdoba, que fue la anfitriona. La hermana mayor del Redil Eucarístico de la Divina Pastora, Inmaculada Luque , detalló que resultó «un éxito rotundo». Empezaron el día recorriendo la ciudad y después ya en el convento, la convivencia se desarrolló en un ambiente de fraternidad. Inmaculada Luque recordó que la idea «comenzó como un sueño » dentro de las corporaciones, que pertenecen a la orden de los frailes menores capuchinos, que difundieron la advocación en el siglo XVIII, y que quieren convivir juntos y poner en común su devoción por esta iconografía tan popular. Se escogió a Córdoba como anfitriona y comenzó el trabajo. «La sorpresa fue rotunda cuando se apuntaron 200 personas, y nos vimos como en una nube», resumió la hermana mayor, que recordó que se preparó un cartel con actos culturales y religiosos. En lo primero entró una visita gratuita a la Catedral , en lo que agradeció la colaboración del Cabildo , y al Casco Histórico de Córdoba, para terminar en el convento. Tuvieron un almuerzo, en el que además de devotos hubo frailes Capuchinos de toda Andalucía y un coro. Celebraron una mesa redonda, el rezo del rosario en la iglesia del antiguo convento del Císter con su Simpecado y después regresaron al templo del Santo Ángel, su sede. Fue, como afirmó Inmaculada Luque, una ocasión para que las personas que comparten la devoción por la advocación e iconografía de la Divina Pastora, tan popular en toda Andalucía, pusieran en común su trabajo por seguir difundiéndola en el mundo del siglo XXI. La siguiente edición de la cita será dentro de dos años y en ella se continuará con la unión que se ha mostrado en el encuentro de Córdoba y con su vinculación siempre dentro de la orden de los capuchinos, ya que fue uno de sus miembros, Fray Isidoro de Sevilla, quien tuvo el sueño de ver a la Virgen María pastoreando almas.