¿Por qué el mundo está pendiente de la salud del Papa?
Su enfrentamiento a la política antiderechos de la administración Trump y la ultraderecha mundial, su papel activo en los intentos de acabar con la guerra en Ucrania o la invasión israelí a Gaza y las reformas en la estructura de la Iglesia han convertido a Francisco en una figura relevante en el panorma mundial
Los médicos, optimistas respecto a la evolución del Papa: remiten las crisis, ha vuelto a trabajar y ha llamado a Gaza
Desde el pasado 14 de febrero, el interés mediático, político y religioso ha virado hacia el Policlínico Agostino Gemelli, donde se encuentra ingresado el papa Francisco, en una situación que los médicos que lo atienden califican de “crítica” y de “pronóstico reservado” tras la mala gestión de una bronquitis crónica que derivó en neumonía bilateral y que este fin de semana precisó de transfusiones de sangre y aplicación de oxígeno. “El Papa no está fuera de peligro, pero no está en riesgo de muerte”, aseguraban este viernes, en la única rueda de prensa que han dado hasta la fecha los médicos que lo tratan. El fin de semana se desataron las alarmas, sumándose un “inicio de insuficiencia renal leve” que, aunque controlado, podría hacer pensar en que iba a producirse un fallo orgánico múltiple. No ha sido así, y al menos las últimas noticias nos cuentan que, al fin, el pontífice comienza a responder al tratamiento.
Durante estos 11 días, los medios han seguido con devoción la liturgia implantada por la Sala Stampa del Vaticano: un breve comunicado por la mañana, señalando cómo había pasado la noche el Papa, y uno más técnico por la tarde, resaltando la evolución médica de Francisco. Entre medias, pocos off the record aclaratorios, porque la información, en este caso, se da a cuentagotas.
¿Por qué todo el mundo está pendiente de la salud del Papa Francisco? “Porque es un líder global, que buena falta hace en este mundo que parece que se rompe por dentro”, señala, desde Roma, el padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz. El religioso acudió esta mañana al hospital Gemelli para rezar por la salud del pontífice, y se mostró convencido de que “el Papa saldrá de esta”. “Tiene muchas cosas que hacer”, ha remachado citando una frase que el propio entorno papal desveló hace unos días a elDiario.es, y que da cuenta de que Bergoglio siente que su misión, como líder religioso, pero también como icono global, tiene todavía algunos relatos por escribir.
La política internacional
Uno de los últimos documentos firmados por Francisco antes de ingresar en el hospital fue una dura e inédita carta a los obispos de Estados Unidos en la que criticaba con fiereza las políticas de deportación masiva de migrantes lanzada por la administración Trump. Un Trump que, pese a lo prolífico de sus manifestaciones en las redes, no ha tenido un solo momento para ocuparse de la enfermedad del pontífice. Algo que, por otra parte, tampoco han hecho otros de los destacados líderes de la convención ultra, desde el presidente Javier Milei (cuyo silencio extraña, incluso, a sus correligionarios, teniendo en cuenta que Francisco es argentino) al 'católico' Santiago Abascal, reunidos para 'coronar' al nuevo Papa de la ultraderecha.
Fuentes vaticanas consultadas por elDiario.es apuntan a que, “precisamente este Año Jubilar”, Francisco tenía marcado en rojo varios acentos para dejar huella en su ya largo pontificado (cumplirá 12 años como Papa el 13 de marzo). Entre los principales, marcar distancia clara con el clan MAGA, y alzar la voz contra lo que cercanos a la Curia vaticana consideran “erráticas políticas” en lo que tiene que ver con la migración, los aranceles y, especialmente, las soluciones aportadas para acabar con el genocidio de Israel en Gaza y la invasión rusa de la “martirizada Ucrania”. Aún desde el hospital, este domingo, Francisco calificó la guerra de Putin como “un acontecimiento doloroso y vergonzoso para toda la humanidad”.
El 'plan del Papa' también incluía, entre otras medidas, profundizar en la solución de dos Estados para Israel y Palestina. De hecho, incluso en las peores horas de su ingreso, Francisco no faltó a su cita con la comunidad cristiana de Gaza, a la que esta noche volvió a llamar. Algunas fuentes señalaban que Bergoglio estaría preparando un documento dirigido a la comunidad internacional para llamar a una verdadera reforma de los organismos transnacionales, y que también buscaba profundizar en los riesgos de la Inteligencia Artificial y el uso de los medios de control de la información para socavar la democracia mundial, algo que ya avanzó en los últimos documentos. A esto se suma la petición de condonación de la deuda externa y la creación de un fondo derivado de la inversión en armas para acabar con el hambre en el mundo, que hizo pública en su carta de convocatoria del Jubileo de 2025.
La relación con otras religiones
En el ámbito interreligioso, uno de los objetivos del Papa es avanzar en el camino ecuménico, en un año en el que, por primera vez en siglos, las iglesias católica y ortodoxa celebrarán en las mismas fechas la Semana Santa. Al mismo tiempo, tal y como avanzó el Sínodo de la sinodalidad, se espera un compromiso de Francisco en torno al 'primado de Pedro' (la primacía del Papa de Roma respecto a otros líderes de las Iglesias cristianas), en la línea de su apuesta por una Iglesia menos piramidal y más abierta.
En ese mismo nivel, y también a raíz del Sínodo, Francisco podría, al fin, cambiar la doctrina de la Iglesia en lo relacionado con el acceso al ministerio de las mujeres. En enero, en una decisión histórica, el Papa nombraba a sor Simona Brambilla como la primera mujer prefecta (ministra) de un dicasterio vaticano, y ya desde el hospital confirmaba la designación de Raffaella Petrini como la primera mujer en presidir el Govenatorato. A partir del 1 de marzo se convertirá en 'alcaldesa' del Estado vaticano. Algunos apuntan incluso a que Bergoglio irá más allá, nombrando a una mujer (posiblemente a Petrini) como 'cardenala', algo que no impide el Derecho Canónico pero que sería una auténtica revolución y podría suponer que sus numerosos enemigos dentro de la Iglesia volvieran a declamar la ilegitimidad de Francisco. Ahora, incluso, no sería de extrañar que dudaran de su capacidad cognitiva.
En la línea del compromiso por construir una Iglesia para “todos, todos, todos”, Francisco pretende avanzar en los derechos de los colectivos históricamente olvidados por la institución, desde divorciados vueltos a casar, parejas de hecho o el colectivo LGTBIQ+, así como las llamadas 'periferias' (los pobres), que ven en el Papa argentino un motivo de esperanza en un mundo que apuesta cada vez más por el descarte. Estos grupos, además de la mayoría de los cristianos de base, rezaban estos días en todo el mundo por la salud del Papa, conscientes de que, en estos momentos, la muerte de Francisco haría peligrar estos y otros avances en una institución con presencia capilar en todo el mundo.
Un cónclave en estos momentos supondría, a buen seguro, la elección de un pontífice menos 'agresivo' contra el poder emergente de Trump, algo que distintos analistas consultados por elDiario.es comparan con la situación vivida en los años 30, coincidiendo con el ascenso de los fascismos que condenaron a Europa a una II Guerra Mundial. Muchos en el Vaticano recuerdan cómo, en aquellos tiempos, la Santa Sede no supo reaccionar con firmeza ante la amenaza de Hitler, y acabó eligiendo como Papa a Pío XII pocos meses antes de comenzar la contienda mundial. Muchos, entre los muros del Vaticano, rezan para que, casi un siglo después, la historia no acabe repitiéndose.
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