Nombre completo: Raquel Lara Ruiz (Lara Ruiz). Lugar y fecha de nacimiento: Luxemburgo, 4 de marzo de 1986. Residencia actual: Salamanca. Formación: Licenciada en Bellas Artes y Máster en Producción Artística. Ocupación actual: Artista. Qué le interesa. Mis intereses a menudo me sorprenden, ya que resultan inesperados. Considero que se adaptan y transforman con el cambio. Como persona, antes que artista, soy sensible a lo que me rodea, y esto, de alguna manera, me abre nuevas preguntas y posibilidades. Sin embargo, al mirar hacia atrás, se pueden identificar ciertos rasgos comunes. Por ejemplo, a nivel estético, existe una conexión entre los proyectos a través del color y la forma, características que considero fundamentales para conectar de una manera 'muy directa' con otras personas o el público. Me interesa que la cultura sea accesible y tangible, por lo que recurro a estos elementos y establecer una relación con un lenguaje lúdico. Mis investigaciones actuales se centran en las prácticas colaborativas y participativas, no solo mediante propuestas y acciones a través de talleres, exposiciones y otros eventos, sino también intentando ir más allá de la foto, del resumen, de los 'likes' o de las visitas a una exposición. Me gustaría comprender si los artistas, como productores de cultura, podemos justificar el impacto que generamos socialmente, algo que no veo desde un parámetro cuantitativo. Me pregunto, ¿cómo saben las políticas culturales que están gestionando propuestas adecuadas o necesarias? Estoy trabajando en esto y valorando cómo podríamos medirlo con parámetros propios del entorno artístico y social. He encontrado modelos en otros países, pero, por el momento, no los he visto en nuestro entorno, ni me los han pedido u ofrecido como artista. Todo esto para poder hacer una defensa social del arte. De dónde viene. He expuesto en galerías, salas de arte, ferias, centros de arte y museos. Algunos lugares que destacaría son Espacio Líquido (Gijón), Gabinete de Dibujos (Valencia), y recientemente he realizado una residencia con Chiquita Room (Barcelona). He participado en exposiciones en el Centro de Arte Domus Artium DA2 (Salamanca), Tabacalera Promoción del Arte (Madrid), Museo Universitario de Alicante (Alicante), en la Sala de Arte El Brocense (Cáceres), y el Casino Forum d'Art Contemporain de Luxemburgo (Luxemburgo). También he participado en ferias como ArteSantander, Estampa, Taipei Art Fair, Luxembourg Art Week y, esta semana, en Urvanity. Entre los proyectos que destacaría están los que se realizaron en el espacio público, como la intervención en Genalguacil Pueblo Museo (Málaga) en 2010, que recientemente fue restaurada. Fue un proyecto que surgió de una residencia y es una experiencia que recuerdo con cariño, ya que fue una de mis primeras oportunidades laborales tras finalizar mi formación. También destacaría la participación en bienales, como la Bienal de La Habana (Cuba) en 2022 y Cáceres Abierto en 2023, ya que fueron los proyectos que más feedback me dieron en términos de participación ciudadana. Supo que se dedicaría al arte… Creo que hubo dos momentos reveladores. El primero, quizás el más idealizado, fue en mi infancia. Mi padre tenía la costumbre de sacar una caja de acuarelas cuando llovía; no podíamos salir de casa y nos pasábamos el día pintando. Descubrí una actividad que no me agotaba, sino que por el contrario, me energizaba, y esa idea se fue alimentando con el tiempo. El segundo fue más duro: después de una pausa productiva en la que tuve dificultades para desarrollar proyectos, me quedé sin taller porque el espacio era demasiado pequeño para producir. Tras un tiempo, rompí esa inercia y me reactivé de una manera tan consciente que supe que mi trayectoria vital estaría profundamente ligada al arte. Desde entonces no he parado, aunque reconozco que esa pausa fue parte del proceso. ¿Qué es lo más extraño que ha tenido que hacer en el arte para «sobrevivir»? Una vez tuve que hacer un 'Control Z' en una obra. Durante los veranos entre cursos de Bellas Artes, una señora me encargó intervenir en un lienzo que tenía en su casa. Era una escena de cacería que no le gustaba y quería eliminar toda la parte violenta. Era un óleo, y tuve que hacer desaparecer los ciervos, los perros y la sangre, convirtiendo la obra en un paisaje con una roca como protagonista y un atardecer al fondo. Su yo «virtual». No nací para la vida digital, debo admitirlo. Trato de usar las redes para segmentar la información. No tengo todo online porque creo que, de alguna manera, nos agotan la posibilidad de una mirada lenta o pausada y nos quitan la capacidad de sorprendernos. Tengo perfil en Instagram (@lararuiz_art) , una página web y una newsletter. Pero no sigo el ritmo que parece ser el adecuado, ya que la vida diaria o personal a menudo me atrapa. Por eso mismo, consumo poco contenido digital. Prefiero ser un ser social físico, hacer preguntas y romper el hielo. Dónde está cuando no hace arte. Soy docente. Trabajo en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca, y me motiva mucho estar cerca de los futuros artistas. Es una actividad muy conmovedora porque te da la oportunidad de trabajar con personas enfocadas en intereses artísticos. También te impulsa a buscar respuestas a las preguntas que ya tienen las siguientes generaciones en nuestro sector. En general, me hace pensar mucho en la transferencia del conocimiento y cómo proyectarlo del ámbito laboral al educativo y viceversa. Actualmente no pertenezco a ningún colectivo, aunque he participado en algunos. Pero de una manera muy orgánica, estoy vinculada a muchos compañeros y compañeras de profesión. Creo que es fundamental que entre artistas nos cuidemos y apoyemos. Le gustará si conoce a... Admiro el trabajo de muchos colegas de profesión. Destacaría a Miguel Ángel Cardenal y Ana H. del Amo, con quienes comparto intereses en el lenguaje lúdico y del color. Sin embargo, también admiro el trabajo de otros artistas como Paula Anta, Inma Femenía o Isabel Carralero, que están más vinculadas al ámbito de la imagen, así como el enfoque más lógico-reflexivo de Mario Santamaría. Qué se trae ahora entre manos. Estoy completamente inmersa en 'Common Scenery', un proyecto que estoy desarrollando junto al Museo Casino Forum d'Art Contemporain de Luxemburgo. Se trata de un proyecto participativo con las comunidades de ascendencia migrante de la ciudad, ya que se estima que más del 70 % de la población tiene orígenes migratorios dentro de la Unión Europea, especialmente de Francia, Alemania, España, Bélgica, Italia y Portugal, así como de África, Asia, Estados Unidos y Latinoamérica. Comenzamos este mes (septiembre de 2024) con motivo de las Jornadas Europeas del Patrimonio, y hasta ahora ha sido una oportunidad para reflexionar sobre los espacios comunes desde la idea del suelo. Previo a esto, he estado trabajando junto a Gabinete de Dibujos y Molecor en un proyecto de intervención dentro del programa de Arte Público de Urvanity, que da comienzo hoy 3 de marzo y coincidirá con la Semana del Arte en Madrid. Se trata de una intervención site-specific que ocupará la plaza de Matadero con una forma filiforme hecha con tubo morado, que se manifiesta como una entraña de la ciudad imposible de esconder y, a la vez, emerge como una estructura que invita al juego. ¿Cuál es su proyecto favorito hasta la fecha? Considero que 'Tiempo y Materia' es la obra que más me enorgullece. Es una instalación que comenzó como una pequeña semilla, surgida de una idea reflexiva, y se ha materializado de muchas maneras en otros proyectos, como intervenciones públicas a través de 'Terreno Modular', donde realizo intercambios de suelos entre ciudades del mundo, o desde donde convoco talleres y elaboro instalaciones. Es un proyecto con capacidad camaleónica para adaptarse a distintos contextos y que aborda una problemática que nos toca a todos: el uso del suelo, su valor, sus límites y su relación con el arraigo cultural. ¿Por qué tenemos que confiar en ti? Creo que hay que confiar en general. No sé si soy la persona adecuada para dar esta respuesta, pero, ya que insistes, voy a dar una idea. Me considero una artista abierta, una incitadora a que sucedan cosas, tanto para otros artistas como para el público. Me gusta trabajar en equipo con otros gestores culturales, hacer piña y disfrutar del proceso. Nuestro trabajo individual debería ser más social, y esto no siempre ocurre, ya que depende de la disposición a compartir, de establecer un espacio común justo para todas las partes y de poner un poco de energía. ¿Dónde se ve de aquí a un año? El año que viene ya lo tengo bastante comprometido. Como he mencionado antes, 'Common Scenery' es un proyecto que se extenderá hasta el próximo año y se desarrollará en distintas fases. La producción requerirá mucha atención. Desde ahora hasta abril de 2025 estaremos creando una base de datos con imágenes de suelos de diferentes partes del mundo. En mayo de 2025 realizaremos los primeros talleres con el público en el Museo Forum d'Art Contemporain de Luxemburgo, y en septiembre de 2025 crearemos una intervención para el espacio museístico, con la intención de intervenir después en el espacio público. Mientras tanto, habrá otros talleres y exposiciones por confirmar. Defínete en un trazo. ¿A quién le cederías el testigo de esta entrevista? He mencionado antes a una artista compañera que me ha conmovido por su lenguaje y práctica: Isabel Carralero. Por ello, le cedo el testigo.