Los ojos donde no caben las agujas del desengaño, los del corazón, desnudaron que la vida de Fabiola era más que una razón. Margarita y Pepe, dos padres obstinados a aferrarse al latido del corazón de su bebé, a pesar de que las evidencias médicas lo hacían parecer imposible . Una madre capaz de entregar su último aliento, las veces que hagan falta, por la vida de su niña. El 27 de febrero nació Fabiola, y el milagro se obró. El 4 de octubre, Margarita, que se encontraba embarazada de 19 semanas -el feto, normalmente, en esa semana mide aproximadamente 15 cm y pesa 240 gramos-, decide ir con su marido a un hospital privado de Sevilla, donde le estaban...
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