Se canceló el cartel más esperado, el de la reaparición de Morante de la Puebla. Tal y como se dibujaba el mapa del tiempo, no había grandes confianzas en que la novillada se celebrase, pero las gentes permanecieron en Olivenza para saborear la tierra extremeña, que está «que se sale» -expresión de los hombres del campo- con estas lluvias. Y quien estuvo para salirse fue Tomás Bastos, el tapado, que se ganó cuatro orejas y robó los titulares a Marco Pérez, la estrella del escalafón novilleril, y Olga Casado, la sorpresa madrileña, que debutaba con picadores. Un trofeo por coleta se llevaron estos dos últimos. No solo fue solo cosa de premios, sino de toreo. Y el que ilusionó de...
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