«La situación es dura en Ucrania, pero sin la ayuda de EE UU no colapsaremos mañana»
La retórica de Donald Trump y su decisión de pausar el apoyo militar a Ucrania, en su intento por acabar con la guerra lo antes posible y a toda costa, han dejado a muchos ucranianos decepcionados e indignados, mientras la mayoría sigue decidida a defenderse de Rusia y algunos aún esperan un acercamiento con Estados Unidos. Muchos en este país invadido sienten que Trump está negando sus intereses fundamentales, alineándose cada vez más con Rusia, que mantiene sus objetivos maximalistas en Ucrania. «Estados Unidos se ha unido a Rusia para lanzar una operación de información contra Ucrania, usando las mismas narrativas que Rusia», declaró Oleksandr Solonko, operador de drones del ejército ucraniano, a este periódico. Según él, Rusia aprovechará cualquier tregua incompleta para rearmarse y lanzar una nueva ofensiva, como hizo tras la anexión de Crimea y los ataques en Donbás en 2014. «Estoy seguro de que Trump lo entiende perfectamente, pero ayuda a los rusos a llevar a cabo este escenario», añadió Solonko. Ni el presidente ni los ucranianos desean una guerra sin fin, asegura Lidiya Dats, empresaria de Leópolis. Sin embargo, subraya: «Ucrania está lista para negociar, pero solo con garantías de seguridad que eviten otra invasión rusa en unos años, aún más fuerte».
Dats cree que el presidente Zelenski transmitió bien esta idea a sus aliados y el trato de Trump hacia él ha sido humillante para el mandatario y para los ucranianos, que llevan años enfrentando la agresión rusa. Para Mikola Bielieskov, analista militar, cualquier acuerdo que no garantice la soberanía y seguridad de Ucrania solo prolongará su sufrimiento, acabando con toda esperanza de un futuro mejor. Antes de un nuevo ataque, Rusia intentará ahuyentar a la población, el capital y la tecnología, explica, calificando las recientes acciones de Estados Unidos como «una gran tragedia» y «una puñalada por la espalda a Ucrania».
Bielieskov escribe que Estados Unidos, al no querer o poder enfrentarse a Rusia, ha optado por presionar a Ucrania, tratando sus legítimas preocupaciones sobre soberanía y seguridad como obstáculos para un acuerdo. Su discurso de «paz a través de la fuerza» se ha convertido en «una paz por rendición», destaca, añadiendo que Trump y su equipo parecen «sordos y ciegos» a los argumentos racionales. Lo más cínico es que este cambio en la política estadounidense llega cuando la guerra de desgaste de Rusia muestra sus límites en Ucrania. Tras fracasar en conquistar del todo una sola región que reclama, su ofensiva no logró tomar ciudades medianas como Pokrovsk o Toretsk, a pesar de cientos de miles de bajas.
Además, exitosos contraataques ucranianos han hecho que Rusia pierda terreno en Toretsk, cerca de Pokrovsk y cerca de Kupyansk en los últimos días. La interrupción del apoyo de Washington significaría que Ucrania no podría capitalizar estos avances y tendría que limitarse a contener a Rusia con drones, según analistas. Aunque la suspensión del apoyo militar no provocará un desastre inmediato en el campo de batalla, el fin del flujo de municiones y repuestos para las defensas aéreas, junto con la ausencia de datos satelitales e inteligencia en tiempo real, aviva el temor a que Rusia bombardee ciudades e infraestructuras ucranianas con mayor facilidad.
Además, hay el temor de que Estados Unidos presione a Ucrania para que ceda más territorio, incluidas las cuatro regiones —Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk— que Rusia reclama, aunque solo controla parcialmente. Algunos consideran que esta es una intención de Estados Unidos de sacrificar a Ucrania para mejorar sus relaciones con Rusia por razones geopolíticos.
Algunos confían en que las relaciones con su mayor aliado puedan salvarse. «Todo esto nos ofende mucho, pero la realidad nos obliga a reparar las relaciones con Estados Unidos tanto como podamos», escribe Timofi Milovanov, exministro de economía. «La situación es muy dura, pero no estamos indefensos ni somos una víctima que colapsará mañana sin la ayuda estadounidense», afirma también el corresponsal militar Yuri Butusov. La opinión pública ucraniana cree que se debe mejorar su gestión militar, pero también concentrar sus esfuerzos en recuperar el respaldo de los líderes, la sociedad y los medios de Estados Unidos.