El tiempo dio una pequeña tregua en la tarde del primer domingo de Cuaresma. Es cierto que la lluvia apareció de manera leve, aunque apenas afectó a una de las estampas de este tiempo: admirar a la Virgen de los Dolores de los Servitas bajo palio. Quién lo iba a decir, pero así ha ocurrido. Entronizada sobre un palio de cajón , con crestería de plata, parecía que los Servitas habían traído a Sevilla siglos atrás, con este tipo de andas que se habían perdido en el tiempo. En la calle había quien decía: «Parece estar hecho para la Virgen» , y no le faltaba razón alguna. Muchos, ante la incertidumbre del tiempo, decidieron esperar para ver la decisión tomada por la hermandad. No querían perderse este momento, y así ocurrió. La dolorosa se trasladó a San Marcos, rodeando la plaza de Santa Isabel y ofreciendo un instante que jamás olvidarán los presentes. Había ganas y normalidad en la hermandad en todo momento. La intención era salir. Al ser un traslado de corta duración, como ocurrió en Triana con la Estrella, solo había que esperar el momento adecuado para hacerlo. Se organizó a la perfección y salió como se había planeado. Las puertas se abrieron, y la calle de la Virgen y Siete Dolores estaba repleta; parecía Sábado Santo. Sonaba el llamador y la música de capilla, en un silencio absoluto, porque salía la dolorosa. Las caras de sus hermanos, sin necesidad de palabras o gestos, expresaron todo lo que sentían en esos pocos minutos al ver a su titular bajo palio, recorriendo uno de los entornos más hermosos del casco antiguo. El instante más significativo fue cuando cruzó la plaza y, al entrar en San Marcos , se encontró con una entrada dificultosa debido a las grandes dimensiones de las andas, su considerable peso y la complicación de soportarlo al bajar los escalones, tanto de fuera como de dentro del templo. Una nube inmensa de incienso cubría el palio al cruzar la ojiva, mientras sus hermanos, expectantes, aguardaban en el interior. Comenzaron los cantos, y la Virgen de los Dolores cruzaba el templo para postrarse en el presbiterio, donde permanecerá bajo palio hasta el próximo domingo. Es la semana de la Virgen de los Dolores.