Los días del famoso «teatro de los sueños», como se conoce popularmente al estadio de Old Trafford, casa del Manchester United , están contados. El club inglés ha anunciado este martes su plan para echar el telón a su vetusta casa , que acoge sus partidos desde 1910, para sustituirla por «el estadio más grande del mundo». Según anunció el propio United, el objetivo es construir un nuevo estadio de 100.000 asientos junto al terreno que ocupa el actual Old Trafford, con una obra que tendrá un coste de 2.000 millones de libras y tendrá como resultado el recinto deportivo más grande de Gran Bretaña. «Hoy comienza un viaje increíblemente emocionante hacia la entrega de lo que será el estadio de fútbol más grande del mundo, en el centro de un Old Trafford regenerado», ha explicado en un comunicado en la web y redes del club el copropietario del United, Jim Ratcliffe, el empresario más rico del país . Se cumplirá así un viejo deseo del propietario de la multinacional INEOS, que no había escondido su deseo de construir un nuevo y moderno «Wembley del norte» desde el mismo momento en que se convirtió en propietario minoritario en febrero del año pasado. Para llevar adelante el proyecto el club contrató a 'Foster+Partners' el pasado septiembre para desarrollar un plan maestro para el área alrededor de Old Trafford como parte de un proyecto de regeneración. Ahora el Manchester United ha dado a conocer, durante un evento en Londres, los diseños arquitectónicos para el nuevo estadio, que contará con un diseño de paraguas. « Tiene que ser uno de los proyectos más emocionantes del mundo hoy en día », ha declarado el afamado arquitecto Norman Foster, presidente ejecutivo de 'Foster+Partners', en un comunicado. «Todo comienza con la experiencia de los aficionados, acercándolos más que nunca al campo y cultivando acústicamente un rugido enorme». «El estadio está contenido por una enorme sombrilla, que recoge energía y agua de lluvia, y protege una nueva plaza pública que tiene el doble del tamaño de Trafalgar Square », explica el comunicado. Con esta zona el club pretende tener un espacio para que se reúnan sus hinchas y poder organizar eventos más allá del fútbol, al estilo de lo que pretende hacer el Real Madrid en el renovado Bernabéu gracias a su césped retráctil. El nuevo estadio será solo una parte de la regeneración más amplia de la zona de Old Trafford, a la que la ministra de finanzas británica Rachel Reeves ha dado recientemente respaldo gubernamental . Para convencerla puede haber tenido peso el hecho de que el club asegure que el proyecto podría crear hasta 92.000 nuevos puestos de trabajo y conducirá a la construcción de 17.000 viviendas, y supondrá 7.300 millones de libras adicionales por año para la economía británica. Old Trafford, actual estadio del Manchester United, es el mayor estadio de un club en Inglaterra con 74.140 asientos, pero no ha tenido ninguna remodelación importante desde el año 2006 y no ha dejado de tener problemas en los últimos años, desde un techo por el que se filtran enormes goteras o incluso una plaga de roedores. Contrasta el anuncio del nuevo estadio con las últimas declaraciones del propio Ratcliffe, que en sendas entrevistas concedidas a la 'BBC' y 'The Times' detalló la delicada situación económica que atraviesa el que fuera el club insignia del fútbol ingles hace unos años. Según el magnate, el Manchester United perdió más de 464 millones de euros en los últimos siete años y podría haber quebrado en Navidad si no se hubiesen tomado medidas al respecto. «En términos simples, el United estaba gastando más dinero de lo que estaba ganando en los últimos siete años. Si haces esto por un periodo prolongado, acabarías en un lugar muy difícil, y en el United ese lugar se encontraba al final de esta temporada. Al final del 2025 el United se hubiera quedado sin dinero . Es la primera vez que decimos esto en público, pero es un hecho», explicó Ratcliffe. Como ejemplo de los excesos que se cometían en la economía del United el multimillonario compartió que «descubrimos que teníamos hasta un asesor de lenguaje de signos que cobraba 206.000 euros al año».