El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón , anunció este lunes un pacto con Vox para sacar adelante, con cesiones del PP en materia de inmigración y políticas verdes, los presupuestos autonómicos de 2025 . Un movimiento que permite al barón popular coger aire y ganar tiempo en pleno debate sobre su continuidad al frente del Ejecutivo regional por su gestión de la catastrófica dana del pasado 29 de octubre. Mazón desbloquea la legislatura asumiendo las tesis más duras de la formación de Santiago Abascal, cuyos trece diputados son clave -junto a los cuarenta del PP- para dar luz verde a las nuevas cuentas. Tras la forzada prórroga de las anteriores, se presentarán el jueves en las Cortes Valencianas y se espera que se aprueben definitivamente a finales de mayo, cuando termine su tramitación parlamentaria. En esa negociación de lo que se ha anunciado como un plan conjunto de reconstrucción al más alto nivel, pues se está llevando a cabo directamente desde el Palau de la Generalitat con la dirección nacional de Vox, los de Abascal han puesto sobre la mesa un listado de exigencias mínimas . Entre ellas destacan la retirada de subvenciones a ONG que «apoyan la inmigración ilegal», el recorte un cuarenta por ciento el gasto de la región en cooperación al desarrollo y memoria histórica; la eliminación de las partidas destinadas a desarrollo sostenible; y una rebaja en las ayudas a la promoción del valenciano y el presupuesto de la Academia Valenciana de la Llengua, un órgano estatutario. En una declaración institucional sin preguntas y anunciada por sorpresa tras un fin de semana apartado de los focos, en plenas Fallas de Valencia, Mazón defendió que se trata de un «buen acuerdo» que «garantizará la estabilidad» de la región. «Un nuevo marco político» en el que, lejos de dimitir, él seguirá «liderando» la reconstrucción . Un plan para dotar a la Comunidad Valenciana de recursos de forma «ágil y efectiva» frente a la «indolente respuesta» e «incomprensible» actuación del Gobierno central y una izquierda que busca «réditos». Aunque desde la Generalitat rechazan cualquier tipo de cesión ideológica, igual que Génova, y aseguran que serán las cuentas «con más inversión histórica» en políticas sociales, Mazón cargó duramente en su discurso contra el Pacto Verde Europeo. «El dogmatismo climático y la rigidez normativa» no pueden frenar las obras en barrancos para evitar inundaciones o la limpieza de cauces, aseveró, por lo que llevarán al Comité de las Regiones una iniciativa «que genere nuevos apoyos para exigir que las inversiones en infraestructuras hidráulicas -presas y embalses- no estén condicionadas por criterios medioambientales extremos». El presidente de la Generalitat también asumió el discurso de sus ex socios de gobierno en lo que se refiere a políticas migratorias: «La Comunidad Valenciana ha rebosado el límite de su capacidad y no admitirá más repartos de la inmigración ilegal que promociona el Gobierno de Pedro Sánchez». «Buscaremos las fórmulas legales para que los menores no acompañados que han llegado a nuestro territorio puedan volver con sus padres y familias. Nuestros centros están saturados y es momento de mirar al Gobierno central y a Bruselas», añadió, y pidió al Ejecutivo que publique los datos de detenidos por pillaje -y su nacionalidad- durante la dana. La juez que investiga la gestión de la barrancada ha imputado a dos ex altos cargos, desmontando así el relato político del Gobierno valenciano, que ha apuntado desde el principio a la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Con este principio de acuerdo, Mazón obtiene en un momento crítico un balón de oxígeno que además recibió ayer el espaldarazo de Génova, que no solo bendijo el pacto, sino que negó cualquier viraje ideológico. «¿Qué ha cambiado? Nada», llegó a expresar el portavoz del PP, Borja Sémper, en la sede nacional del PP, acosado por las preguntas de los medios de comunicación. Cabe recordar que en julio Vox abandonó los Gobiernos de coalición que compartía con los populares por aceptar estos la recepción de una parte de los menores extranjeros no acompañados que colapsan los sistemas de acogida de Canarias y que en septiembre Abascal exigió un giro de 180 grados en materia migratoria para que su partido se sentase a hablar de los presupuestos regionales. Fuentes de la dirección del PP aseguran que Alberto Núñez Feijóo, líder del partido, estaba informado sobre las conversaciones . Génova era consciente desde hacía un mes de los pormenores de las negociaciones y dio su visto bueno durante el fin de semana tras conversaciones del 'president' con distintos interlocutores a los que desde la formación ayer no quisieron poner nombre. Desde el PP aseguran que hubo posiciones «inaceptables» de Vox que no admitieron y limitan su respaldo a lo verbalizado por Mazón. Sémper sí quiso hacer hincapié en que el PP no renuncia a sus «principios», como sí entiende que hace el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en sus acuerdos con Junts -desde la amnistía al 'procés' hasta la delegación a Cataluña de competencias en inmigración-. Así, recordó que Feijóo ya habló en su investidura fallida de «dictadura activista» y «dogmatismo climático» -por cierto, con el voto favorable de Vox- y blandió el apoyo del Partido Popular Europeo al Pacto de Migración y Asilo y al Reglamento de Retorno como argumento para que, ahora, un presidente autonómico hable directamente de devolver a menores de edad , un extremo que no recogen esos textos. La lectura es bien distinta en la calle Bambú, cuartel general de la dirección nacional de Vox en Madrid. Allí ayer celebraban sin disimulo haber logrado empujar a Mazón a sus postulados tras una «dura» negociación que llevaba meses abierta. El presidente valenciano ha sido el primero de los barones regionales del PP en cumplir su condición para empezar a negociar los presupuestos autonómicos: hacer una declaración pública renegando de su política migratoria y climática. Aunque en Génova digan que no han cambiado de principios, en Vox aseguran que ha sido su presión la que ha obligado a Mazón a dar un paso al frente . Es más, avisan de que ayer solo se desbloqueó que pueda empezar a negociarse la letra pequeña, con unas exigencias no menores. «Vamos a demostrar que Vox puede condicionar unos presupuestos que nunca antes habían visto los españoles», avisó el secretario general del partido, Ignacio Garriga, en rueda de prensa. La voz cantante la tendrán en la comunidad autónoma, aunque siempre bajo la batuta de la dirección nacional, como es habitual en los de Santiago Abascal. Como muestra, ayer viajaron a Madrid algunos de los máximos cargos del partido en la Comunidad Valenciana: la presidenta de las Cortes, Llanos Massó, y el portavoz parlamentario, José María Llanos. Desde el Gobierno tienen claro su veredicto. «Mazón se ha arrastrado ante Vox de una manera absolutamente injustificada», lamentó la ministra Elma Saiz, informa Inés Ruiz-Jiménez.
