Para hacer política con la inmigración hay que tener primero una política sobre la inmigración . Vox y Junts, por ejemplo, la tienen, y muy parecida en su trazo de brocha gorda: inmigrantes irregulares fuera y los regulares ya veremos. La extrema izquierda también, a su manera: brazos abiertos, todos para adentro y aquí nos apañaremos. Ninguna de esas opciones es viable, pero el problema es que los partidos sistémicos –digamos mayoritarios para encajar mejor a este PSOE poco comprometido con el sistema– carecen de criterio para abordar la cuestión con un enfoque estratégico y se limitan a dar bandazos al socaire de los acontecimientos. Así vamos tirando, más mal que bien, sin que el Gobierno y la oposición se...
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