EMILIO ROSSELOT – PASADO Y PRESENTE (PARTE I)
Estamos en el mes en que comenzará una nueva temporada del campeonato Copec RallyMobil, que será también una más en los frondosos antecedentes de Emilio Rosselot, integrante de la que sea tal vez la familia más clásica y de larga data en cuanto a presencia en la categoría.
Haciendo equipo con su hermano menor y dos sobrinos, el viñamarino se sentará otra vez a los mandos de un Citroën C2 Rally2.
¿Cuáles son tus primeros recuerdos del automovilismo?
Junto a mi hermano Mateo, ya desde muy niños nos subíamos a un carrito rojo de cuatro ruedas en el que nos creíamos unos Luis Ignacio o Gerardo, mayores que nosotros y que por entonces ya corrían. Fue temprano en mi vida que le tomé el gusto a la velocidad.
¿Quién era tu máximo referente?
Luis Ignacio Rosselot. Siempre quise seguir sus pasos. Compartimos muchas vivencias en la ruta, pero tenemos formas de ser y estilos de manejo distintos, pese a lo cual desde un principio lo vi como alguien a emular.
¿Qué sentiste cuando obtuviste tu primer triunfo?
Había pasado por muchos altibajos y venía de remar hasta que en Osorno 2010 gané la clasificación general en una linda etapa de los N4, un logro que me dio más seguridad conductiva. Largué el domingo 24 segundos detrás de Eliseo Salazar y en el primer tramo le saqué 27s. Me quedé con la victoria bajo una lluvia fuertísima. Todavía recuerdo lo enojado que estaba Eliseo. De hecho, me tiró champagne en la cara en el podio, pero no a modo de festejo, sino con maldad (risas)”.
¿Recuerdas momentos duros?
Sí. El Rally de Curicó en 2011 debe ser el peor. Verme responsable de atropellar a una persona es horrible. Había tenido accidentes antes, propios de esta práctica, pero aquella desgracia en el Cerro Condell me llevó a pensar en no correr más. Apenas sucedió eso, declaré mi intención de retirarme del automovilismo. El apoyo de mi familia y del equipo me llevó a seguir adelante. Paradójicamente, con tanta contención, pude dar lo mejor de mí y ganar la carrera. A modo de reflexión, la gente tiene que dimensionar lo importante que es ubicarse bien en la ruta, donde existen múltiples riesgos.
El calendario nacional 2025 se amplió a varias regiones. ¿Qué te parece?
Me parece hermoso. Se echaba de menos salir a otras zonas del país. Iremos desde Copiapó hasta Coyhaique, volveremos a la isla de Chiloé y estaremos en sitios con encantos particulares cada uno. Gran parte de la gracia del Rally es recorrer caminos diferentes entre sí. Me viene a la memoria una anécdota de Coyhaique del año 2008, cuando abandoné en la primera etapa. En esa competencia, participaba como navegante el también piloto argentino Heriberto Ortiz. Éramos polos opuestos en rango etario. Yo tenía 19 años y él unos 55. Conversaba mucho con él porque le notaba una pasión admirable por esta especialidad, que me supo traspasar. Siguiendo con el calendario, cerraremos con el Motorshow en Santiago, que me trae a la memoria la edición de 2011, cuando hicimos el 1-2 con Luis Ignacio y después nos impusimos en el Trofeo de las Naciones sobre un Porsche. Fue un momento memorable de mi campaña, quizás tanto que el éxito nacional en el Rally Chile Biobío 2023. Fue espectacular, así que sería un sueño volver a estar en La Moneda con nuestros autos.
¿Tuviste alguna experiencia de otro tipo en el deporte motor?
Probé en dos ocasiones un monoplaza de Fórmula 3 Chilena. La primera vez fue con un vehículo de Giuseppe Bacigalupo y posteriormente hice algunos kilómetros más con el de Sebastián Valenzuela. Conducir un fórmula genera otra sensación totalmente distinta de manejo si se la compara con el Rally. Igualmente, me hubiera faltado mucho rodaje para andar rápido y acercarme a los tiempos de punta.
Estás cerrando un largo vínculo con Tomás Cañete…
Efectivamente. Hemos competido mucho como binomio. Es una pena que nuestra última participación haya terminado con un incidente en Osorno el año pasado, pero hay que mirar hacia adelante y me toca respetar su objetivo de ir por nuevos horizontes. Espero que mi próximo copiloto tenga el mismo nivel de disposición que demostró Tomás a lo largo de su paso por el equipo Rosselot.
Fotos: Luis Barra/Cristian Lagos