Cada moto que hacemos es única e irrepetible, esto tiene mucho de componente creativo y de inspiración. Una persona hábil con un lápiz puede dibujar casi cualquier cosa. Hoy vamos a responder a la eterna pregunta: ¿cómo se hace una moto?. Así se presentan en Tamarit Motorcycles , una empresa española de motos a medida con sede en Alicante cuyo objetivo desde su nacimiento, hace más de 10 años, es diseñar, personalizar, crear y producir piezas únicas , casi de coleccionismo. Y lo han conseguido. Jornadas de hasta 70 horas semanales y trabas legales hicieron que tres socios se pensaran dos veces si fundar un proyecto tan ambicioso como este, pero cuando estás «completamente enamorado» del trabajo que desempeñas, no hay muros que se interpongan. «A día de hoy somos una modesta compañía donde trabajamos doce personas que vende motos en 25 países con dos divisiones . Primero está «Motos Signature», creaciones únicas para clientes muy especiales. No son simples motos, sino el reflejo de la personalidad de quien las encarga. Son cientos de horas de trabajo, en realidad. Por ejemplo, para la quilla de una Thruxton R dedican un total de 20 horas para su creación, cinco horas de adaptarla al chasis, tres horas de comprobaciones, ocho horas de dejarla fina, cinco horas más de cambios estéticos y seis horas de pintura. La pieza pasa por todos los procesos del taller, aproximadamente 10 personas distintas. Por otro lado, está «Motos SERIES», que nace de la decisión de escalar el negocio para llegar a un público más amplio. Aunque llevan poco tiempo en el mercado, van a revolucionar el sector de las motos transformadas», explica Matías Canales, cofundador y CEO de Tamarit Motorcycles, a este diario. «El principal es que podemos industrializar su producción. Actualmente, imprimimos estas piezas con impresoras 3D de carbono, lo que nos ha permitido pasar de fabricar piezas únicas bajo demanda a producir series de 50 unidades por modelo. Nuestro objetivo es alcanzar 20 modelos SERIES antes de que termine el año», sostiene. «Cada año, conseguimos fabricar 30 motos Signature para aquellos clientes más irracionales que buscan algo completamente exclusivo. Ahora, es momento de llevar nuestra marca al siguiente nivel y abrirnos a un mercado más amplio con nuestras motos SERIES», añade. En realidad son motos para quienes buscan más que una «simple» moto. Piezas producidas en España -el 80% del trabajo llega de proveedores nacionales. Esto significa que en la fabricación de una moto Tamarit intervienen alrededor de 50 personas diferentes- y que, aproximadamente, el 80% termina en el extranjero, principalmente en Europa y Estados Unidos. Fabrican un máximo de 30 motos al año -no solo puedes adquirir una de sus motos, también puedes personalizar la tuya propia-, distribuidas en, diez motos en Estados Unidos, diez motos en Europa, cinco motos en países más exclusivos, como Dubái, El Salvador, Centroamérica, Sudamérica..., y entre seis y ocho motos en España. «Actualmente entregados de dos a tres motos al mes. Hemos vendido más de 20 motos SERIES y hemos suministrado accesorios Tamarit a más de 30.000 propietarios de Triumph», detalla Canales. Pero hay dos diferencias. «La gran ventaja de las motos SERIES es que pueden ensamblarse en el país de destino. Desde hace seis meses ensamblamos las motos SERIES en Florida, Estados Unidos; sin embargo, las motos Signature siempre se fabrican en nuestra fábrica en España», puntualiza. Asimismo, el CEO de Tamarit Motorcycles afirma que «un cliente que compra una Tamarit es un irracional, alguien que busca algo diferente. Más que una moto, lo que se lleva con nosotros es una experiencia. Desde el momento en que pisa nuestra fábrica hasta la entrega de su moto, cada detalle está diseñado para hacer que el proceso sea único. Y la experiencia es tan inmersiva que les damos acceso a nuestra APP, donde pueden hacer seguimiento en tiempo real de su proyecto». Por este motivo, el coste. Por ejemplo, una moto SERIES tiene un precio fijo, que va desde 19.000 hasta 34.000 euros -con los nuevos motores de 400 cc adelantan que lanzarán motos desde 8.000 euros-. Y las motos Signature comienzan en 40.000 euros, y la más cara que han vendido terminó en la ciudad de Los Ángeles, con un precio de 90.000 euros. En relación a los propulsores, «trabajamos exclusivamente con los motores neoclásicos de Triumph, lo que significa que utilizamos los motores Thruxton, Bonneville, Scrambler, Street Twin, Speed Twin y Bobber. A pesar de que estas motocicletas reciben diferentes nombres, todas comparten el mismo motor, el motor Bonneville. Las diferencias entre ellas radican en el peso, la lista de componentes y la arquitectura», manifiesta Canales. «Conviven tres tipos: los motores de 900 cc de antigua generación con refrigeración por aire (carburación), los motores también de 900 cc con refrigeración líquida (inyección) y por último los motores de 1200 cc actuales llenos de innovaciones (inyección)», especifica Canales. Así, desde su base en Alicante, este pequeño equipo ha realizado más de 180 motos únicas, con la premisa de que pertenecen «al 1% de las personas que realmente entienden lo que hacemos», concluye. De la idea al boceto: Se trabaja mano a mano con el futuro propietario para definir cada detalle de la moto, buscando la estética y la técnica, a través de varios bocetos. Modelaje: Se desmonta la moto base, se ajusta el chasis, se desarrollan piezas a medida y se incorporan elementos exclusivos diseñados en nuestros talleres. Con el diseño en la mano, un chapista moldea con plastilina hasta conseguir la forma deseada durante decenas de horas. Luego se cubre con fibra de vidrio para darle rigidez, y masilla antes de la pintura. Téxtil: Los asientos a medida tienen una base de fibra, un acolchado tallado y lijado, y un tapizado. Basados en material náutico, son resistentes al calor y al agua. Tonalidad: Las piezas pintadas pasan por un período de secado que se denomina proceso de curación y cristalización, tras el cual la pieza se hace resistente a los golpes. Lo interesante es que Tamarit puede cromar desde más insignificante tuerca hasta el chasis completo de una moto a través de un proceso de «electrólisis». Se trata de un proceso químico que deja las piezas brillantes como un espejo, características solo vistas en el lujo. El «hierro»: Tamarit define así a piezas como el chasis o la quilla, trabajados en 3D por CNC de aluminio, corte de agua o corte por láser, siempre primando la seguridad. Homologación: El nivel de personalización es tan alto que un equipo legal redacta un contrato del proyecto, éste se somete a la validación de un laboratorio externo, se presenta en la ITV y se registra en la ficha técnica. Hasta tu puerta: La moto se entrega al comprador directamente en un lugar acordado, con todos los derechos pagados y un año de garantía. También ofrecen manuales detallados, asistencia técnica y soporte continuo para un servicio postventa a la altura.