Pepe Domingo Castaño aún continúa tan presente que sigue sonando en el comienzo de cada Tiempo de Juego en la Cadena COPE . Y hasta Paco González saluda antes a Pepe que a los oyentes. Su figura y su voz, inconfundibles, forman parte de la historia de la radio española. Los chascarrillos, las publicidades, los piques... Han ido pasando los años, entraban nuevas generaciones de narradores, de comentaristas, incluso el equipo de deportes de una casa se mudó a la competencia, pero Pepe Domingo Castaño siempre ha estado ahí, ya sea en uno u otro lado. Y hasta el final, haciendo lo que más le gustaba. Falleció el 17 de septiembre de 2023 con 80 años , a las puertas de los 81. Pero su edad no correspondía con su carácter, como ha recordado Manolo Lama, una de las personas que más momentos ha compartido junto a él, en un nuevo episodio del podcast de José Ramón de la Morena. «Tenía rabietas, yo le encabronaba en antena, me volvía loco , era lo que más me gustaba. Él decía 'qué mal está jugando el Madrid' y yo decía 'Pepe, que está jugando muy bien' y se encabronaba, se picaba, se calentaba, porque era un niño. Por eso le gustaba rodearse de gente muy joven y disfrutar. Él era una esponja, el vocabulario de los jóvenes lo cogía cuando ellos hablaban... El hilo para unirse con los jóvenes era la noche, la juerga y el cubata », rememora Manolo Lama con una sonrisa en la boca. Pepe Domingo Castaño se ausentó presencialmente de Tiempo de Juego durante la pandemia y, más tarde, en algunas semanas, debido a la infección de garganta que derivó en la septicemia que causó su muerte. Sin embargo, su último programa fue poco antes de fallecer. Como recuerda Lama, «se fue en cuatro días. De un día para otro. Hizo un programa un domingo y el domingo siguiente ya no lo hizo ». Una figura que siguen echando en falta en la Cadena COPE . «Mucho. Pero le echamos de menos nosotros, le echarás de menos tú, los oyentes... Pero, te voy a decir la verdad, yo siempre digo que el tío eligió hasta el momento perfecto para irse. Se fue sin pasar penuria de una enfermedad , estando en lo más alto de la profesión, sintiéndose joven, rodeado de chavales que le sacaban a seguir tomando cubatas, sin perder sus noches de farra, pudiendo seguir cantando y siendo feliz», recuerda. Sobre «el momento perfecto para irse», Manolo Lama añade que «Pepe necesitaba la fama. Era un artista y los artistas necesitan el amor y el cariño de su público. Y el cariño del público de Pepe era, aparte del oyente, que fuera por la calle y que la gente diga 'Pepe Domingo, un purito'. Eso necesitaba Pepe. Pepe se fue en lo más grande», valora.
