El otoño ya se ha instalado por completo en nuestras vidas y, con él, cambian nuestros hábitos, los paisajes y el tiempo,
pero también el ritmo en bares y restaurantes. Las terrazas comienzan a vaciarse, las chaquetas sustituyen a las camisetas de manga corta
y el ambiente se vuelve más tranquilo tras los meses de calor y bullicio. Aun así, la hostelería sigue siendo protagonista en el día a día de muchas ciudades.
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