El 1° de febrero de este año, la última vez que el movimiento lgbti salió masivamente a las calles convocó, sólo en la ciudad de Buenos Aires, a dos millones de personas a lo largo del día. Este sábado, nueve meses después, la Marcha del Orgullo promete ser nuevamente una caldo de resonancias políticas, creatividad callejera, encuentro y resistencias.