La bebida llena de calcio que ayuda a fortalecer los huesos y previene la osteoporosis
El calcio es un mineral esencial en la formación de huesos sanos y fuertes. Además, su consumo adecuado es clave, dado que ayuda a mantener la densidad ósea, prevenir fracturas y evitar enfermedades como la osteoporosis.
Lo cierto es que este mineral se puede obtener a través de una amplia variedad de alimentos, tanto de origen animal como vegetal. Pese a que la mayoría asemeja el calcio con la leche de vaca, también existe un alimento de origen vegetal que aporta cinco veces más calcio.
No es la leche de vaca: la bebida que fortalece los huesos
La bebida de soja, mejor conocida como leche de soja, ganó popularidad como una de las mejores fuentes alternativas para quienes no consumen productos lácteos, siguen una dieta sana o presentan intolerancia a la lactosa.
Esta opción se destaca por ofrecer un perfil nutricional muy similar al de la leche de vaca, lo que la diferencia de otras leches de origen vegetal.
Una taza de leche de soja sin azúcares añadidos, especialmente si está fortificada, contiene, en promedio, 7 gramos de proteína, 4 gramos de grasa y apenas 80 calorías.
Leche de soja
No obstante, el eje central de la leche de soja es su aporte de hasta 160 mg por cada 100 ml, acercándose a las cifras de la leche tradicional. Sumado a ello, también suele incorporar vitamina D, esencial para la absorción del calcio en el organismo.
Cuáles son los beneficios de la leche de soja
Si bien es una fuente vegetal de calcio, la leche de soja ofrece un sinfín de beneficios para la salud:
- Mejora el descanso: contiene triptófano, un aminoácido que favorece la producción de melatonina y serotonina, ayudando a regular el sueño y el estado de ánimo.
- Aporta nutrientes clave: magnesio, vitamina B6, zinc, folato, hierro y vitamina K, presentes en algunas presentaciones, contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmunológico y nervioso.
- Ayuda a la digestión: al no contener lactosa, es más fácil de digerir para muchas personas.
- Contiene menos grasa: su contenido graso es inferior al de la leche de vaca y prácticamente no tiene grasas saturadas.
