Beatriz Espejel , de 36 años, es conocida sobre todo por su matrimonio con el jugador del Atlético de Madrid Koke Resurrección (33), con el que se casó en 2018. Sin embargo, más allá de ser una WAG (' wives and girlfriends ', como etiquetaban los medios británicos a las mujeres de futbolistas) tiene todo un entramado de negocios que parte desde su academia. Se llama International Academy of Languages , y la fundó en el año 2021, pero no ha parado de crecer desde entonces. Tal y como ha contado Beatriz en conversación con ABC, su idea ahora es especializarse en el área de deportes. «Hemos tenido mucha demanda de deportistas y familiares, pero sobre todo jugadores de primera división de fútbol , también femenino. En base a esa demanda estamos construyendo algo más profesional para poder echar una mano a toda esta gente», comparte. Beatriz siempre ha tenido claro que la enseñanza era vocacional para ella. Estudió Magisterio en Educación Física y después en lengua inglesa, tras lo que viajó por diferentes países aprendiendo distintas metodologías. «He trabajado en colegios, en academia, en todo... y quería lanzar algo propio », confiesa a este medio en una charla telefónica. Fue en la pandemia cuando vio su oportunidad, puesto que todo el mundo empezó a apostar por la educación online, y ella tenía un plan. «El niño tenía tres meses, yo estaba dando el pecho, pero tuve la suerte de que mi marido estaba también en casa porque estábamos en pandemia. Empecé a darle forma en las noches sin dormir , dándole vueltas, con un miedo terrible porque nunca había lanzado una empresa», comparte. Había miedo, porque sabía que, siendo un personaje público, las repercusiones serían mayores si algo salía mal. «Pero fue todo lo contrario, la acogida fue tal que se me fue de las manos. Tuve que ir rápidamente a encontrar profesorado, tiré de aquellos con los que yo ya había trabajado y enseguida me dijeron que sí. De repente, teníamos 800 alumnos de golpe », explica Beatriz, confirmando después que ese equipo sigue con ella, aunque han ampliado la plantilla. En ese momento, ella impartía un total de trece asignaturas y confiesa que lo disfrutó «muchísimo», a pesar de las inseguridades que sintió en un primer momento. A los seis meses del inicio del proyecto empezaron a tener los primeros aprobados en los exámenes de Cambridge, lo que les dio el empujón para empezar a colaborar con la organización. Por eso son, todavía a día de hoy, preparadores oficiales para titulaciones como el First, el Advanced o el Proficiency. Algo que produce especial orgullo en Beatriz, que tiene claro que más allá de la vocación hay humildad y, de alguna manera, cierta ambición más allá de los monetario: « Yo tengo un referente, que fue mi abuela , que estaba muy adelantada a su época. Se quedó huérfana muy pronto y fue una persona excepcional, le tocó una época de posguerra en la que solo podía ser ama de casa, no había otra opción. Mi abuelo fue muy buena persona también, muy trabajadora, gente humilde». A ellos los pone como primer ejemplo, pero nombra también a sus padres y sus suegros como «gente normal y corriente, humilde y trabajadora». «No conocemos otra cosa. Entonces yo no sirvo para estar en casa », comparte. «Aunque afortunadamente mi cabeza tiene esa tranquilidad de que yo no tengo que estar luchando por sacar a mis hijos adelante como le pasa a tanta gente en España, desgraciadamente», añade. Y esto no es solo por lo obvio, el hecho de que esté casada con un futbolista de éxito. Beatriz es el ejemplo de una nueva era de WAG , una generación que más allá de la tranquilidad económica que supone compartir la vida con un deportista de élite escoge formarse para ser independiente a nivel financiero. «Esto hace años no se llevaba tan a cabo, al menos no lo hacían las mujeres de los futbolistas . Hay gente que lo hace público y otros que no, pero hay muchísima gente pendiente de sus inversiones y cada vez las hay más formadas», explica. El mundo secreto de la 'WAG' inversoras significa, por tanto, que a veces las conversaciones en el palco tienen más que ver con decisiones estratégicas a nivel financiero que con las banalidades que muchos imaginan. «Es maravilloso porque puedes hacer muchas sinergias con muchas mujeres de jugadores , e incluso con los propios chicos que vienen de generaciones cada vez más preparadas. Yo personalmente invierto en bolsa, estoy en el mercado bursátil y tengo inversiones inmobiliarias», admite Beatriz. Confiesa que no es algo de lo que se suela hablar públicamente, pero revela que le gusta la economía y se ha informado mucho, aunque también cuenta con asesores financieros, fiscales y legales que respaldan todas las decisiones. «Llevamos 14 años por lo menos con ellos, pero antes no se llevaba a nivel visible, era más tabú». De esta manera Beatriz desmonta por completo la imagen que se suele tener de las mujeres y novias de futbolistas. Aunque cualquiera en esas circunstancias podría caer dentro del cliché, ella habla con una humildad y cercanía que denota su interés en mantener siempre los pies en la tierra. Menciona el apoyo de sus dos familias , aunque no para el día a día, puesto que todo el mundo en su entorno trabaja. Para la rutina comparte sus agradecimientos para la persona que les ayuda en su hogar «porque estas casas son muy grandes» y porque que con los horarios del fútbol a veces es complicado llegar a todo. «Desde que soy madre jamás he vuelto a juzgar a ninguna madre », admite. El mayor, Leo, de cinco años, ya juega al fútbol desde antes de cumplir los tres. «Empiezan a partir de los seis, pero cualquiera le decía otra cosa. Ya se preparaba su equipación, se limpiaba sus botas por la noche. El entrenador hizo el favor de dejarle estar con algunos más mayores, y hay otros hijos del equipo, del Atlético de Madrid . Juegan todos juntos, y es una manera de verles ahí juntos, esas nuevas generaciones». La pequeña, Claudia, celebraba a principios de año su primer cumpleaños. Y en estas circunstancias, con la presión de un negocio creciente, el fútbol y dos hijos ¿se plantean un tercero? «De momento, con el caos que llevamos, no. Pero también somos jóvenes, y a Koke no le quedan tantos años para retirarse . Cuando esté retirado se baja la guardia, los horarios son mucho más normales. Entonces conozco gente que se ha plantado con dos y una vez se han retirado irán a por el tercero para vivir la maternidad de otra manera. Así que no te voy a decir un no rotundo, pero ahora mismo sí es un no». Puede sonar idílico llegar a esa jubilación tan jóvenes, pero Beatriz sabe que no es fácil. «Pasas de una vida de locura a una calma absoluta y a nivel psicológico, para el jugador y la familia, también hay que saber abordarlo con mucha calma, resiliencia, y ver dónde se tiene que ubicar esa persona, darle su tiempo. Yo soy muy resiliente y creo que Koke también es muy tranquilo a la hora de tomar decisiones, lo hace con bastante cabeza».