La orden al fiscal que investigó al novio de Ayuso: "Tiene que ser ahora porque el fiscal general no puede esperar"
El fiscal Julián Salto, a cargo de la investigación por fraude fiscal a Alberto González Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado en el juicio al fiscal general del Estado por revelación de secretos que "si en este asunto no está implicado González Amador no se da cuenta" porque era "un asunto más".
El representante del Ministerio Público, a quien sus superiores reclamaron la noche del 13 de marzo del pasado año, cuando se encontraba en el estadio Metropolitano en un partido de Champions del Atlético de Madrid, los correos intercambiados con la defensa del empresario (con los que Álvaro García Ortiz quería rebatir que, como se había publicado, el ofrecimiento de un pacto partió de la Fiscalía). Y aunque en un principio la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, le manifestó que el asunto no corría prisa, minutos después la fiscal jefe provincial de Madrid, Pilar Rodríguez (que estuvo imputada por la supuesta filtración de los datos reservados de González Amador en relación a las negociaciones para alcanzar ese acuerdo) le reclamó de nuevo esos correos. "Tiene que ser ahora porque el fiscal general no puede esperar", le trasladó.
Se trata, ha manifestado a preguntas del abogado de APIF, Juan Antonio Frago, del "único caso" en sus veinte años de carrera en el que se ha visto obligado a dar cuenta de una actuación profesional a esas horas de la noche.
Ningún superior "se ha metido en este asunto"
Salto ha afirmado desconocer cuántas personas tuvieron conocimiento del correo del 2 de febrero de 2024 en el que la defensa de González Amado admitía el fraude fiscal para lograr una rebaja en la petición de condena (el correo con el que García Ortiz consiguió "cerrar el círculo", según trasladó a Pilar Rodríguez, en su afán por desmentir el bulo de que la Fiscalía había ofrecido el acuerdo al novio de Ayuso y la Fiscalía General lo había votado).
Pero el testigo negó este último extremo. Por un lado, ha insistido en que nunca ha tomado la iniciativa para cerrar un acuerdo de conformidad con un abogado. "No es mi trabajo", ha llegado a decir antes de precisar que si llega a saber que se trataba del novio de Ayuso en ese mismo momento habría activado la dación de cuentas a sus superiores, como sucede cuando se trata de "futbolistas" o de personajes "con trascendencia mediática".
Al mismo tiempo, Salto ha hecho hincapié en que ninguno de sus superiores "se ha metido en este asunto" ni le conminó a frenar un posible pacto. "Nadie me dio ninguna indicación de que en este asunto no se podía llegar a una conformidad", ha reiterado.
El abogado de otra de las acusaciones populares, Ignacio de Luis (ICAM), ha querido además indagar sobre la existencia o no del protocolo interno de borrado de mensajes de los móviles en los que García Ortiz ampara la eliminación de sus mensajes (el mismo día en que el Tribunal Supremo abrió una causa penal contra él para investigar una posible dación de cuentas). Pero Salto precisó que no utiliza su teléfono particular "para asuntos de trabajo". "No he trabajado nunca en la Fiscalía General del Estado y no sé si hay un protocolo específico de borrado", ha manifestado. "A mí no me han dicho nada de que tenga que borrar. Es mi terminal privado", ha vuelto a insistir.
En un partido de Champions
Respecto a esa secuencia de llamadas mientras estaba en el estadio Metropolitano ese 13 de marzo del pasado año, el testigo ha recordado que la primera llamada, sobre las 21:26 la recibió de Almudena Lastra, a quien trasladó que estaba "en un evento deportivo" y si era posible posponerlo (la conversación sobre los correos que intercambió con el abogado de González Amador). "Me dice que no hay prisa", recuerda, y quedan en hablar al día siguiente. Apenas diez minutos después quien le llama es Pilar Rodríguez, que le cuenta "lo mismo". "Me dice que va a estar trabajando, que no se va a acostar y me pregunta a qué hora termina el partido". Tras decirle que entre las once y media y doce de la noche estará en casa, quedan en hablar entonces.
Pero a las 21:43 la llamada se repite porque "no puede esperar y que le cuente qué ha pasado". "Tiene que ser ahora porque el fiscal general no puede esperar", le deja claro. Salto le explica, entre el bullicio del estadio, las negociaciones para un pacto de conformidad y le habla de los correos intercambiados. "Me pide que se los mande". Salto le pide unos minutos para buscarlos en el móvil.
Esa tarea le lleva aproximadamente hasta las 21:52 y una vez localizadas se los reenvía tanto a Lastra como a Rodríguez "para evitar que me vuelvan a llamar por la noche, dado que estoy en un evento que intento disfrutar".
La "sorpresa" del fiscal
Salto llama después a Lastra para manifestarle su "sorpresa" por la orden contraria de Pilar Rodríguez en relación a esos correos después de que la fiscal superior de Madrid le dijese que el asunto no corría prisa. "Me dice que esté tranquilo".
Pero su móvil vuelve a sonar entre las 22:45 y las 23:10 y recibe un wasap de la fiscal provincial de Madrid y de la fiscal jefe de delitos económicos. Al parece no ha enviado el correo clave del 12 de marzo (el que ha publicado "El Mundo", en el que da la impresión de que es el fiscal Salto quien propone el pacto). Es consciente de que se trata de un asunto de relevancia "nacional" al haberse filtrado ese correo que según se ha quejado el jefe de gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid "no debería tener".
"Me piden los correos del 5 y 11 de marzo. Les contesto que del 5 y el 11 no hay ningún correo, que en su caso del 12", que finalmente tras localizarlo envía a Rodríguez a las 23:22. "Creo que todavía estaban en la prórroga", recuerda el fiscal de ese momento que no había vivido antes en toda su carrera.
