El Ejército sale de montería
La petición formal de ayuda solicitada por la Generalitat de Cataluña a la UME para que intervenga en las «tareas de control cinegético» de la población de jabalíes del área de Collserola se va a traducir en una inédita operación militar consistente en salir de caza. Mientras las potencias europeas rehabilitan el servicio militar, España subraya el componente asistencial, social y antibelicista de un Ejército que apaga fuegos, recoge el barro de las riadas o se va de montería para cobrarse las piezas que contagian la fiebre porcina, enfermedad cuyo brote ha puesto en jaque a una industria, paralizada ya en el exterior, que factura miles de millones de euros y que se ha visto afectada por los excesos de las políticas animalistas. Los soldados de la UME salen de sus acuartelamientos para tratar de resolver, de nuevo como último recurso, otro problema creado por la Administración: la superpoblación de una especie sobre la que lleva clamando desde hace años y sobre el terreno el mundo rural , desatendido en sus alertas tempranas y marginado por el ecologismo de salón.