Era el mejor momento para traer a un técnico alemán. El presidente
Laporta acertó contratando a
Hansi Flick después de barajar una lista de entrenadores germanos de moda en la que no podía faltar
Klopp, Nagelsmann o
Tuchel. La clave del fichaje fue
Ralf Rangnick, un gurú al que el
Barça contactó a través de
Yuste antes de las elecciones para ser director técnico. Comió con
Laporta y le sugirió el nombre de
Flick como el más adecuado. El presidente se quedó con el consejo. Y al final lo fichó.
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