La misa del gallo: historia, significado y cómo se celebra en España
Una tradición milenaria que sigue marcando la espiritualidad y el ritmo familiar de la Navidad en medio mundo
La catedral tunecina que mezcla la religión cristiana, judía y musulmana
Cada diciembre, cuando la noche de Nochebuena cae y las calles se llenan de canciones, luces y hogares dispuestos para reunirse, miles de comunidades vuelven a una de las celebraciones más antiguas del calendario cristiano: la Misa del Gallo. Aunque el nombre puede sugerir una costumbre pintoresca, su origen es profundo, arraigado en los primeros siglos del cristianismo y vinculado al propio pesebre conservado en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma. Más que un rito puntual, forma parte de una tradición cristiana que ha sobrevivido a cambios de siglo, de costumbres y de horarios —porque ya no siempre se celebra exactamente a medianoche—, pero que sigue simbolizando el inicio vivo y actual de la Navidad.
Una misa que nació con el amanecer
La Misa del Gallo se remonta, según la mayoría de historiadores, al siglo V, cuando el papa Sixto III instauró una vigilia en la medianoche del nacimiento de Jesús. “Mox ut gallus cantaverit”, al cantar el gallo, comenzaba el nuevo día en la antigua Roma. De ahí que la celebración adoptara un nombre que hoy es universal.
Desde entonces, la liturgia católica convirtió esta misa en un momento de alegría y expectación. El evangelio de Lucas (2, 1-14), narrando el anuncio a los pastores, centra la celebración. Y junto a este pasaje, el simbolismo de la luz adquiere protagonismo: las velas encendidas representan la llegada de Cristo como luz en la oscuridad, una de las imágenes más poderosas de la tradición cristiana.
Con los siglos, la Misa del Gallo se consolidó como rito popular. Iglesias llenas, comunidades enteras participando y un aire de vigilia que marcaba el inicio espiritual de la Navidad. Hoy el Vaticano ya no la celebra estrictamente a medianoche —suele adelantarse—, pero su sentido permanece intacto: celebrar “hoy”, en presente, el nacimiento de Jesús, un detalle que la liturgia católica subraya en todas las misas navideñas.
Además de su dimensión religiosa, la Misa del Gallo cumple una función de preparación espiritual. Es habitual recomendar la confesión previa o llegar con un espíritu de recogimiento. En algunas celebraciones, como la del papa Francisco en la basílica de San Pedro, se incluye el canto de la Calenda, un pregón que recorre la historia del mundo hasta llegar al nacimiento de Cristo.
En España, las formas varían de una parroquia a otra: hay quien cena antes, quien lo hace después o quien adapta la celebración a los horarios familiares. Pero la esencia es la misma: la comunidad reunida en Nochebuena, marcando juntos el inicio de la Navidad.
La Misa del Gallo alrededor del mundo
Aunque España y Latinoamérica mantienen la misa como parte central de la noche, la tradición cambia ligeramente según el país:
- México combina la misa con las Posadas, procesiones que recrean la búsqueda de alojamiento de María y José, seguidas de música, dulces y celebraciones populares.
- Italia celebra la Messa di Mezzanotte, muy solemne, tras la cual llega la Cena della Vigilia, tradicionalmente basada en pescado.
- Polonia vive la Pasterka, una de las misas más multitudinarias del país, que da paso a la Wigilia, una cena que solo comienza cuando aparece la primera estrella en el cielo.
Esta diversidad muestra hasta qué punto la Misa del Gallo ha trascendido épocas, fronteras y culturas, siempre como punto de encuentro y de renovación espiritual dentro de la tradición cristiana.
