BONIG TOMA EL MANDO
Al fin el PP valenciano ha tomado conciencia de sus obligaciones, objetivos y método. Su presidenta regional, Isabel Bonig, ha decido tomar las riendas de la provincia de Valencia y, especialmente, de la capital como primer bastión a conquistar.
Ella va a patearse los distritos, la que determinará con Madrid la lista municipal y la que tiene en mente el candidato a la Alcaldía del «cap i casal» para quien se va a trabajar sin denuedo.
No cavilemos demasiado. Vendrá, viene ya prácticamente todas las semanas, en avión desde Bruselas, no en asno como Jesucristo en Jerusalén. Los tiempos han cambiado. Esteban González Pons tendrá que proclamar su negativa alto y claro a la mano que le van a tender desde los aledaños de Bonig, esta vez sí, en total sintonía con la Dirección nacional.
La líder de los populares valencianos lo tiene claro. Sin Valencia, no hay nada que hacer electoralmente hablando. Sin la ciudad se antoja prácticamente imposible avanzar hacia la reconquista de la Generalitat.
Las provincias de Castellón y Alicante no plantean problemas de organización. Es la Valencia la que ha sido escenario de confrontación interna, alguna inoportuna e innecesaria como la de Vicente Betoret y Mari Carmen Contelles, que terminó, como ya anunciamos en estas páginas en pleno fragor de la batalla, con el nombramiento de una Gestora a cuya cabeza se encuentra Rubén Moreno. Tan buenos resultados ha dado, que hoy suena incluso para estar en el equipo que Moncloa envíe a Cataluña. Así es la vida.