Las tres carreteras más rentables para la inversión privada
Hay infraestructuras imprescindibles más allá de la ejecución del Corredor Mediterráneo. La atención mediática puesta en los últimos años en esta obra ha hecho pasar a una segundo plano las carreteras necesarias para la Comunitat Valenciana y que, además, podrían tener financiación en un futuro próximo.
La Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana lo tiene ya estudiado y por si el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, tiene alguna duda, ha analizado las obras que podrían acogerse al Plan Extraordinario de Inversiones en Carreteras (PIC).
Este organismo considera prioritarias la inclusión de una carretera por provincia.
En Alicante, la ampliación a un tercer carril por calzada entre Crevillente (enlace con la AP-7) y Orihuela/ Beniferri. En total son 17 kilómetros, con un presupuesto de 84 millones, que servirán para dotar de mayor capacidad a una vía por la que pasan diariamente 45.215 vehículos (IMD), de los cuales prácticamente el 16 por ciento son vehículos pesados. Además, tiene el proyecto de construcción aprobado y una tasa interna de retorno (TIR) del 28,78 por ciento y una ratio beneficio coste de 6,32.
Esta obra viene contemplada en los Presupuestos Generales desde 2016, pero las anualidades se han incumplido.
En la provincia de Valencia, apuestan por el desdoblamiento en diferentes fases de la circunvalación exterior de Valencia (by-pass) en su tramo norte. La inversión estimada es de 288,50 millones y se plantean varios tramos. El primero va desde la CV-32 (La Gombalda- Rafaelbunyol- Museros) hasta el cruce con la CV-35; el segundo desde la CV-35 (autovía de Llíria) hasta la CV-370 (eje Turia- Manises- Ribarroja) y por último el que transcurre desde la V-370 hasta el cruce con la A-3.
El TIR social es del 11,34 para una infraestructura que soporta un 29,5 por ciento de vehículos pesados y que tiene una media de 96.604 vehículos al día, llegando a puntas de 120.000.
Por lo que respecta a la provincia de Castellón, la vía más adecuada para optar al PIC es la prolongación de la A-7/ CV-10 hasta el límite de la provincia de Tarragona. Son 70 kilómetros entre Vilanova d’ Alcolea hasta Traiguera.
La inversión de esta carretera, que ya acumula retrasos, es de 230 millones. En 2009 se publicó la redacción del proyecto de trazado y construcción, pero no se adjudicaron hasta abril de 2011. Sin embargo, dos meses más tarde se suspendió el plazo de redacción de estos proyectos hasta 2016. Se prevé que la declaración de impacto ambiental esté en el primer trimestre de 2018, por lo que cumple con los requisitos del PIC.