Seis de cada diez lectores de ECD son partidarios de que España rompa con Venezuela
A finales de enero el gobierno de Maduro declaró “persona non grata” a Jesús Silva, embajador de España en Caracas. Le acusó de “continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en asuntos internos” por parte de España en Venezuela, entre otras cosas por impulsar sanciones de la Unión Europea contra altos cargos chavistas.
Maduro dio 72 horas al embajador español para abandonar el país. En respuesta, el Gobierno de Mariano Rajoy decidió hacer lo propio y comunicar al embajador venezolano en España que debía marcharse, aunque en su caso sin fijarle un plazo tan reducido para marcharse.
Mientras tanto, continua el apoyo de España a la oposición venezolana, y las distintas gestiones que realizan los ex presidentes Felipe González y sobre todo José Luis Rodríguez Zapatero, este último implicado en mediar entre Maduro y la oposición, si bien esta última le acusa de estar más del lado del gobierno bolivariano.
En esta escalada de tensión, El Confidencial Digital preguntó a sus lectores, los días 1 y 2 de febrero, si creían que España debe romper relaciones diplomáticas con Venezuela, después de que fuera Maduro quien iniciara las represalias y de que también el presidente venezolano lleve meses, incluso años, lanzando comentarios ofensivos contra personalidades españolas.
Una amplísima mayoría de los lectores de ECD apuesta por la mano dura. Concretamente, el 63,3% marcó la opción de romper relaciones diplomáticas con Venezuela porque “las provocaciones de Nicolás Maduro deben tener una respuesta firme”.
Por contra, tan sólo un 10,11% optó por la respuesta más conciliadora, en el que sentido de que el Ejecutivo de Rajoy no debe llegar a romper relaciones, ya que la expulsión de los embajadores es sólo “un roce que debe solucionarse”.
Más apoyo tuvo la opción de que España no debe romper relaciones diplomáticas como respuesta a los desplantes de Venezuela: pero porque la prioridad debe ser garantizar la asistencia y la ayuda a las decenas de miles de ciudadanos españoles que residen en el país caribeño, por encima de los desencuentros entre los gobiernos.