Sean Baker: «¿Ganar el Oscar o ganar en Cannes? Es como elegir entre un puñetazo o un masaje»
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The Florida Project: Al final del arcoíris
A través de la mirada de una pandilla de niños que vive en los arrabales del parque de fantasía que idealizan el resto de críos del planeta, el cineasta propone un drama crudo pero aderezado con la belleza de un color tan impostado como el cartón piedra de los castillos de dibujos animados. «Quería que el público viera el mundo como lo ve un niño, por eso hay belleza estética. Una belleza que tiene la zona, con esos cielos azules y luminosos y esa puesta de sol increíble, frente a los restaurantes coloridos para las familias de turistas que van al parque. Y eso se refleja en la película: el mundo de color y la sociedad que vive en esa carretera», reflexiona.
La luz también llega a través de la alegría de los niños, de una naturalidad casi documental. «Ellos no tienen la sensación de haber rodado una película. Les hacíamos actividades para que no se aburriesen y fue como un campamento de verano. Si se dan cuenta de que están rodando, hacen otra cosa diferente a lo que hacen los niños normales», cuenta el director.
Niños frente a iPhones
The Florida Project
Con la vitola de cineasta indie de la que presume -«soy de esas personas que no puede vivir consigo mismo si no controla todo el proceso»- y por su gusto por la experimentación -rodó «Tangerine», su anterior filme, con un iPhone-, Sean Baker se confiesa incapaz de encajar en un gran estudio. «No sabría trabajar para ellos. Si alguna vez alguien me dieran 200 millones, haría algo como “Dunkerque” para tener la posibilidad de probar esos juguetes. Pero rodaría una mezcla de entretenimiento con crítica social», cuenta un autor que se siente más reconocido en Europa que en su país de origen: «Cuando eres pequeño, la gente te ignora. Este filme es pequeño para el público de EE.UU. y por eso automáticamente te echan a un lado».
Quizá por ello, y justo cuando la Academia había anunciado que Willem Dafoe, el protagonista de su filme, está nominado al Oscar, ABC le pregunta si preferiría ganar un Oscar o la Palma de Oro de Cannes: «No hay pregunta ahí. Ni me lo planteo. Es como decir qué quieres, un puñetazo en la cara o un masaje. Obviamente quiero la Palma de Oro», comenta mientras ríe a carcajadas.