El operativo de la Guardia Civil enerva a la CUP, que exige «desobedecer al Estado e implantar la República»

La entrada de los agentes de la Guardia Civil al Palau de la Generalitat para recabar información sobre la publicidad institucional del 1-O ha sacudido los partidos independentistas, que siguen negociando la formación de un nuevo Ejecutivo autonómico. En este contexto, la CUP ha considerado oportuno reafirmar su posición exigiendo «desobediencia» a sus correligionarios independentistas «en las calles y en las instituciones». En este sentido, el líder de los antisistema en el Parlament, Carles Riera, ha destacado que «los tribunales españoles quieren reprimir el movimiento republicano e independentista" y ha instado a los partidos secesionistas a poner fin a esta situación. Lo ha dicho en declaraciones a los medios en la plaza Sant Jaume de Barcelona, durante una concentración que ha congregado a unas 300 personas que han protestado por los registros de la Guardia Civil en la sede de Òmnium Cultural y en el Palau de la Generalitat. Riera también ha apelado a «volver a las calles» con movilizaciones masivas porque, según ha detallado, cuando la ciudadanía va por delante las instituciones y los partidos no tienen más remedio que sumarse. En este sentido, el jefe de filas de los anticapitalistas en el Parlament ha apuntado que debe producirse «un paso delante» de los partidos independentistas para «hacer república» porque «solo con la república se puede hacer frente a la represión y restituir la democracia». Un paso al frente «Pedimos a todos hacer ya un paso unitario tanto en la calle como en las instituciones para desobedecer al Estado e implementar la república, pues cada vez que nosotros reculamos el Estado da dos pasos al frente», ha avisado en un momento en el que las negociaciones entre Junts per Catalunya, ERC y la CUP están totalmente estancadas ante la imposibilidad de encontrar un candidato «elegible» y después de que se hayan suspendido dos plenos de investidura, en los que se debía elegir a Carles Puigdemont y Jordi Sànchez, respectivamente.