Basta ya, claman los maestros de Oklahoma - El Nuevo Diario
"Debí ser vaquero en vez de maestro", afirma Larry Cagle, profesor de inglés y uno de los líderes de las masivas protestas en Oklahoma que exigen mejores salarios y más recursos para la educación pública.
"No tenemos intenciones de regresar a clases, estamos preparados para mantenernos en pie hasta el verano" boreal, aseguró, determinado.
Miles de profesores, con el apoyo de estudiantes y padres, manifestaron el miércoles por tercer día consecutivo frente al palacio legislativo en la capital del estado para decir "basta ya". Llenaron el vasto salón circular sobre el que se levanta la cúpula del edificio, igual que en días anteriores y como está previsto nuevamente para este jueves.
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Cientos de escuelas han estado cerradas esta semana.
Los profesores de este estado rural y petrolero, encajado en el corazón de Estados Unidos, son de los peores pagados: sus salarios comienzan en 31,000 dólares al año, con los que tienen que pagar los costosísimos seguros de salud, además de vivienda y otros gastos del día a día.
Y para sobrevivir deben buscar otros empleos: algunos tienen dos, tres, cuatro y hasta cinco, trabajando en las noches, fines de semana y vacaciones.
Kelly Lamerton, de 28 años, tiene cuatro trabajos, incluyendo una guardería en una iglesia.
"Algunos días llego a la casa a las 10 de la noche, no consigo tener una noche completa de descanso", indicó esta maestra de primer grado con rostro gentil y cabello largo, y que ama enseñar a los niños a leer.
Jardinero, señora de limpieza, conductor de taxi o Uber, cajera de supermercado, camarero de camión de tacos, empleado de zoológico, contador, veterinario de urgencias... El inventario de opciones para ganar un dinero extra no encaja con el perfil de estos educadores, altamente capacitados, con maestrías y doctorados.
Una década sin aumento
"No hemos tenido un aumento en una década y hemos soportado cortes presupuestarios cada año en estos 10 años", indicó Cagle.
El resultado: aulas más llenas, escuelas en ruinas y, muchas veces, maestros sin experiencia.
El legislativo regional aprobó la semana pasada un incremento promedio de 6.000 dólares al año, lo que los profesores consideraron insuficiente.
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La gobernadora Mary Fallin, en una entrevista con CBS, describió a los maestros como "adolescentes que quieren un carro nuevo".
Los manifestantes exigen un incremento de al menos 10,000 dólares para detener el éxodo de maestros a estados vecinos, donde ofrecen unos 15,000 dólares más por el mismo nivel de experiencia. Y además, piden un incremento en el presupuesto de 200 millones de dólares para reparar y equipar las abandonadas escuelas.
Klarissa Brock, de 29 años, dice que cuando regresó de vacaciones este año, su salón estaba inundado debido a las tuberías rotas que se habían congelado durante el brutal invierno de Oklahoma.
La administración de la escuela apagó la calefacción para ahorrar dinero y todo los equipo de su clase se arruinaron.
Otro maestro dice que tiene hasta 40 estudiantes, algunos de los cuales tienen que sentarse en el piso porque no hay suficientes pupitres.
Mark Lianney, de 57 años y 30 de experiencia docente, asegura que tiene 150 estudiantes, pero solo cuenta con 32 libros de ciencias sociales, que se están haciendo pedazos por años de uso. Dijo a la AFP que paga fotocopias para que los estudiantes tengan acceso a los textos. Lleva una pancarta que dice: "Debí ser vaquero en vez de maestro".
"Financiar escuelas no debería ser algo histórico, debería ser algo normal", se lee en la pancarta de Becky Horton, una profesora de música de 44 años, que también paga por las partituras y busca fondos entre padres y organizaciones benéficas para comprar instrumentos y organizar paseos escolares.
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Manifestaciones similares se registraron en Kentucky, Arizona y Virginia Occidental, que impulsó este movimiento tras conseguir un aumento del 5%.
"Somos estados conservadores, donde hay gran apoyo al presidente Donald Trump. Igual la gente no está de acuerdo con que se destruya el sistema educativo", dijo Cagle, que aseguró contar con el apoyo de la comunidad.
"Este es un problema nacional, muchos estados no quieren derrochar fondos, pero es demasiado".