Gobierno de izquierda o “vía murciana”: la clave Ciudadanos
Hablar como un radical y portarse como un socio de gobierno. El rizo de Ciudadanos vuelve, por boca de su portavoz, a ponerse de manifiesto en los debates de la Asamblea de Madrid.
Un asunto, aparentemente nimio, pero que moviliza cuestiones relevantes como la verdad, el trato de favor o el respeto a la Universidad, ha logrado lo que la corrupción y su largo compromiso con el PP madrileño no había logrado hasta hoy: poner contra las cuerdas a la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Las peores horas de Cristina Cifuentes se deben, probablemente, a un capricho académico, a un catedrático poco escrupuloso y a unos estamentos universitarios con demasiadas cuchilladas pendientes.
Datos personales de la presidenta de la Comunidad de Madrid, algunos notablemente comprometedores, corren como ríos por los periódicos madrileños hasta hoy conmovedoramente comprometidos con Cristina Cifuentes.
Moción de Censura
La duda de los socialistas madrileños en el debate, si es que la tenía, “duró lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks”, como se dice en “el foro”. Ayer por la noche, Gabilondo anunciaba la moción de censura a la que se apuntaba inmediatamente Podemos.
El PSOE madrileño, mata dos pájaros de un tiro: asume el liderazgo de la oposición, Podemos quemó su oportunidad prematuramente en una moción que pasó sin pena ni gloria, y compromete a Ciudadanos.
El rizo de la regeneración de Ciudadanos
El portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid y socio de investidura de Cifuentes, Ignacio Aguado, ha abierto la sesión con una dureza inusitada: "El tiempo de la impunidad y de la utilización obscena de las instituciones se les acaba".
Ha preguntando a Cifuentes si considera "normal" que haya personas que se matriculen en un máster universitario en el momento que les "de la gana. "Han hundido el prestigio de la Universidad", ha afirmado, porque la consideran "un lugar para colocar a amiguetes". Aguado ha aprovechado para publicitar la comisión de investigación que han propuesto, alejándose de la moción de censura anunciada por el PSOE.
La clave Ciudadanos
Cristina Cifuentes, se convertió en presidenta gracias a los votos de la formación naranja. Para Ciudadanos la cuestión es espinosa: ¿es preferible sumarse a la moción de censura que plantea el PSOE, mostrarse duro ante las irregularidades de la política tradicional y dejar caer a Cifuentes, o resistir hasta que las elecciones del año que viene les ponga Madrid en bandeja, supuestamente.
Una de las razones del PSOE para impulsar esta moción, además de las debilidades de Cifuentes, es cerrar la brecha que se estaba abriendo en su electorado hacia la formación de Rivera. La cuestión catalana estaba dando votos en Madrid en forma de tendencia de voto hacia Ciudadanos.
La otra alternativa
Dos años después de la investidura murciana, Sánchez su presidente, fue imputado por el juez Velasco en el caso Púnica. Ciudadanos tenía la oportunidad de dejar caer al gobierno popular y aupar un tripartido junto al PSOE y Ciudadanos.
Optó por esperar y por permitir una cara nueva, López Miras. Ciudadanos aprovechó la coyuntura para renegociar el pacto de gobernabilidad con el PP, arrancar un compromiso por la abolición del aforamiento, sacar alguna contrapartida y abstenerse en la investidura de López Miras. Cambiar para que nada cambie, pero penalizar la corrupción.
Para Ciudadanos facilitar un gobierno regional comandado por dos partidos de izquierda era una derrota. Esperar el desgaste del presidente una posibilidad.
La situación hoy, en 2018, es muy similar a la de Murcia, excepto por la fecha. Le está comiendo terreno al PP compitiendo desde la derecha,
Hoy Rivera ha desvelado algunas pistas de la estrategia de Ciudadanos: "No tiene sentido que alguien, antes de que sepamos la verdad, pida la moción de censura a Cifuentes". Según Rivera, hay dos versiones, la de Cifuentes y la de un "periódico digital" por lo que no cabe saltar a conclusiones precipitadas. Son palabras que no auguran apoyos a la moción de censura presentada por el PSOE de Ángel Gabilondo, secundada por Podemos.
La cuestión es que Cifuentes juega con el calendario. Si fracasa la moción de Gabilondo, difícilmente habrá tiempo y posibilidades para otra.
Ciudadanos puede exigirle mociones de confianza, pero Cifuentes tiene presupuesto para acabar su legislatura y gobernar en minoría. Si Ciudadanos no pacta con el PSOE, solo tiene la “vía murciana”, pero sin cambio. Cifuentes seguirá políticamente viva.