Cuando el presidente Donald Trump llamó a su homólogo ruso Vladimir Putin para felicitarlo por su reelección, su jefe de despacho John Kelly no participó de la llamada. Cuando Trump invitó a John Bolton a ser su nuevo asesor de seguridad nacional, Kelly no estuvo presente. Convocado para imponer el orden en una presidencia caótica, Kelly ha desaparecido gradualmente de la vista.