El sistema de franquicias español ha conseguido en los últimos años hacerse, por méritos propios, un hueco en la economía nacional. Mientras muchas de las compañías que operaban en nuestro país se desinflaban en cuanto a ventas o empleos, las firmas que han apostado por franquiciar su negocio han experimentado en una amplísima mayoría una mejora de todas sus variables, incluso en los años más arduos de la crisis económica; y eso que la crisis financiera, la que cerró el grifo de los préstamos, también afectó al igual que al resto del tejido empresarial a la franquicia.