Real Madrid, campeón, sufridor y ¿favorito?
Después del susto estaban las semifinales. Como sucedió en el camino hacia los últimos títulos, el Real Madrid supo sobrevivir a un momento complicado tirando de ese algo especial que une al equipo blanco con la Liga de Campeones. Salió vivo de Dortmund en los cuartos de final de 2014, en aquella noche en la que entró Casemiro para sofocar la remontada del Borussia. Dos años después, en la misma ronda, el Wolfsburgo puso a los blancos contra la pared, pero también escaparon gracias a un triplete de Cristiano en la vuelta tras perder 2-0 en la ida. El curso pasado, el sofocón fue ante el Bayern, en la prórroga, en el Santiago Bernabéu, donde también decidieron los goles de CR7. Varias trampas que el Real Madrid supo sortear, igual que la del miércoles frente a la Juventus, cuando un partido que parecía un trámite se complicó hasta el borde del tiempo extra. Justo en el último minuto evitó la prórroga el Real para meterse por octava vez consecutiva entre los cuatro mejores de Europa. Una racha fantástica, teniendo en cuenta que arrancó después de seis temporadas quedando fuera en octavos de final.
Junto al campeón, en el sorteo de hoy en Nyon (13:00, La Sexta, beIN), estará el Bayern, otro que no suele faltar a la cita con los cuatro mejores y uno de los históricos que, como los madridistas, no dio lugar a la epidemia de sorpresas. Los de Jupp Heynckes van a disputar su sexta semifinal en los últimos siete años y, precisamente con el técnico germano, levantaron por última vez el trofeo (2013) que se les resistió con Guardiola. Al lado de estos transatlánticos estarán en el bombo dos a los que muchos no esperaban. Se contaba con la clasificación del Manchester City, fundido por el eléctrico ataque del Liverpool, y con la del Barça, que tenía una gran ventaja en el partido de vuelta de la eliminatoria, en principio, más desigual de las cuatro de cuartos. Los dos equipos con menos coeficiente UEFA de los ocho supervivientes rompieron los pronósticos. Han tenido épocas gloriosas y ahora están en proceso de quedarse de forma duradera en lo más alto. Se trata de aprender de nuevo a competir siempre cerca de los títulos y en ello andan tanto los romanos como los de Anfield. Jurgen Klopp le ha dado al Liverpool la energía y el colmillo que le faltaba últimamente. Un club con mucha historia, un estadio mítico y un palmarés envidiable, pero sin sangre en el ojo. El técnico alemán le ha inyectado su carácter y Salah se encarga de hacer los goles. El huracán rojo se llevó por delante el proyecto europeo de Guardiola, que todavía no ha reinado en el continente sin tener a Messi al lado.
El fichaje estrella de la Roma en su proyecto de crecimiento no mete goles. La gran apuesta fue Monchi, un portero normal en su época, pero un fuera de serie como director deportivo. Reclamaba el gaditano mejores críticas para su equipo en la goleada en el Camp Nou, donde se marcaron dos goles en propia portería y el colegiado les regateó un par de penaltis. La sensación de que no estaban tan lejos del Bar-ça les impulsó en el Olímpico, apoyados en los goles de Dzeko y el corazón romanista de De Rossi. Mourinho decía antes de enfrentarse al Sevilla que una vez que estás entre los ocho mejores, la final se ve más cerca y todo es posible. En eso confía la Roma, el único de los supervivientes que no ha ganado este título. El Madrid tiene los dos últimos y ya pasó su momento complicado.