Alerta en Jerusalén ante la llegada de la embajada de EE UU
Un impresionante despliegue de seguridad, con miles de policías en diferentes partes de Jerusalén, acompañará hoy la apertura de la embajada de Estados Unidos. Con ello, se hace realidad el anuncio formulado por Trump el 6 de diciembre, en el cual proclamó oficialmente que Jerusalén es la capital de Israel. Su discurso desató furibundas críticas de los palestinos, no sólo de Hamas sino también de la Autoridad Palestina, que no reconocen a Jerusalén como capital de Israel y exigen que la parte oriental sea capital del Estado palestino que aspiran a crear. También de diferentes elementos en la comunidad internacional hubo reacciones contrarias a la decisión de Trump, alegando por ejemplo la Unión Europea que ello contradice el «consenso internacional» respecto a Jerusalén y que no puede haber cambio dramático unilateral ninguno en el terreno, en tanto no se haya encontrado una solución negociada de común acuerdo por israelíes y palestinos.
Pero indudablemente, la reacción más airada fue la de los palestinos, no sólo en fuertes declaraciones contra Trump y su política –el presidente Mahmud Abbas llegó a desearle «que se desmorone su casa sobre su cabeza»– sino también en diversos disturbios violentos.
Con todo ello de fondo, lo que para Israel es un día histórico es también un dolor de cabeza para los servicios de seguridad que deben prestar atención a varios frentes de fricción al mismo tiempo. Ayer justamente se registraron algunos incidentes en una de las zonas de mayor potencial explosivo: la explanada de las mezquitas. Unos jóvenes judíos que ascendieron de visita al monte sagrado, enarbolaron en el lugar la bandera de Israel, cantaron y se postraron en el suelo como para rezar, todas ellas actitudes prohibidas en el marco de los arreglos especiales del «status quo» en el lugar. Varios musulmanes que los rodearon les respondieron gritando «Ala hu-Akbar» (Dios es grande, en árabe). La Policía israelí detuvo a los jóvenes y los interrogó.
Aunque el propio Trump finalmente decidió no participar en la ceremonia de inauguración, Estados Unidos está representado por una delegación de alto nivel. Junto al embajador David Friedman estarán el subsecretario de Estado John J. Sullivan, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, la hija y asesora del presidente, Ivanka, y su esposo y también asesor especial Jared Kushner, además del representante especial para las negociaciones internacionales Jason Greenblatt .
Ivanka, que años atrás se convirtió al judaísmo, declaró que volvía a Jerusalén «con gran alegría» y que se sentía honrada de poder participar en la inauguración de la embajada de EE UU, justo en el aniversario de la independencia de Israel.
El sábado, el Departamento de Estado publicó un comunicado en el que recordó ante todo que hace 70 años, Estados Unidos, presidido entonces por Harry Truman «fue la primera nación en reconocer al Estado de Israel». «Trasladar ahora nuestra embajada no constituye una desviación de nuestro fuerte compromiso a facilitar un acuerdo de paz duradero, sino que es una condición necesaria para lograrla», decía el texto oficial, probablemente en palabras del secretario de Estado, Mike Pompeo, que se manifestó recientemente en esos términos.
A ello se agregó un mensaje explícito de cara al futuro, que el presidente Trump había mencionado ya en su famoso discurso de diciembre: «No estamos tomando una posición sobre los temas del estatuto definitivo, tampoco sobre las fronteras específicas de la soberanía israelí en Jerusalén, ni sobre la resolución de los límites disputados». El resumen del comunicado también emuló el mensaje original del presidente: «La apertura histórica de nuestra embajada, reconoce la realidad en la que Jerusalén es la capital de Israel y la sede de su Gobierno».
Varias calles eran clausuradas ya ayer en las inmediaciones de Arnona, el barrio de Jerusalén en el cual se halla el consulado norteamericano que hará por ahora de embajada. Al mismo tiempo, la Policía autorizó una manifestación de protesta a activistas de extrema izquierda árabes y judíos opuestos al traslado de la embajada por considerarlo un paso que traerá tensión y no paz a una región necesitada de diálogo y negociaciones.
Asimismo, la alerta es generalizada porque mañana los palestinos conmemoran lo que llaman el día de la «Nakba», que significa «catástrofe», el nombre que ellos dan al aniversario de la declaración de la independencia de Israel hace 70 años por significar para ellos el comienzo de desplazamientos forzados. También en el sur, en la frontera con Gaza, se vive estos días en medio de gran tensión debido a los anuncios de Hamas y su intención de llevar multitudes al muro que separa de Israel para derribarlo. Cabe señalar como posible fuente de brotes de violencia que los poblaciones civiles israelíes se hallan a unos cientos de metros.