El Real Madrid ha tomado partido en la guerra que, si ninguna de las partes da su brazo a torcer, tendrá lugar en los próximos meses y años a raíz de las nuevas competiciones que pretende añadir la FIFA y que comprimirían el calendario hasta el extremo. El club blanco se ha alineado con la entidad que preside Gianni Infantino, máximo valedor de los hipotéticos cambios que cambiarían la estructura del balompié.