Desde traductores online, a "chatbots" que responden consultas por mail o por teléfono, pasando por asistentes virtuales que clasifican curriculums o analizan el perfil de riesgo para otorgar un crédito; vehículos autónomos, lavarropas que se autoprograman y sistemas de refrigeración e iluminación que se regulan sin intervención humana, la inteligencia artificial dejó de ser ciencia ficción y se instaló en el día a día