Algo pasa en Toledo con los deportes de equipo

Toledo no tiene equipos en el deporte profesional. Una singularidad que entre todas las capitales de provincia españolas solo se da en Ávila. Ni fútbol, ni fútbol sala, ni baloncesto, ni balonmano, ni siquiera voleibol, nada, la ciudad imperial no cuenta con ningún equipo en las dos primeras divisiones de alguno de estos deportes. En la mayoría de las capitales hay al menos un club de fútbol en Primera, Segunda o Segunda B. Solo en nueve de ellas, diez con Toledo, el principal equipo está en Tercera División. Esto ocurre en Guadalajara, Ciudad Real, Orense, Jaén, Cáceres, Segovia, Ávila, Zamora y Palencia. Sin embargo, en estas nueve ciudades (salvo en la ya mencionada Ávila), aunque el fútbol no sea de mucho nivel, existe un equipo que destaca en otro deporte. En Guadalajara, Ciudad Real y Zamora predomina el balonmano. El Quabit Guadalajara está asentado en la Liga Asobal y este año logró la proeza de empatar con el Barça, que acumulaba más de 100 partidos ganando. En Ciudad Real, hasta que llegó la crisis, tuvieron al mejor equipo del mundo de este deporte. Desaparecido el dinero, el Vestas Alarcos es ahora la gran referencia: compite en la División de Honor Plata y este año jugó el «play-off» para ascender a la Asobal. Precisamente, una categoría de la que acaba de descender el MMT Seguros Zamora. En Segovia y Jaén el deporte rey es el fútbol sala, con dos potentes clubes en Primera División. Hasta el punto de que el Jaén Paraíso Interior ganó esta temporada la Copa de España, la segunda en tres años. Y en Orense, Cáceres y Palencia lo que triunfa es el baloncesto, ya que las tres ciudades tienen un equipo en la LEB Oro, segunda categoría tras la Liga ACB. En Ávila lo que más sobresale también es el baloncesto, pero el Óbila Club de Basket solo juega en la LEB Plata. El fútbol sala, a la cabeza El problema de Toledo con los equipos profesionales viene de largo, aunque este año se ha acentuado. Después de cinco temporadas en Segunda B, el CD Toledo ha bajado a Tercera cuando nadie lo esperaba. El club verde llegó a estar siete temporadas en Segunda y una vez, en 1994, incluso rozó la Primera, pero aquellos años parecen ahora la prehistoria. En fútbol sala, Toledo fue una de las cunas de este deporte a finales de la década de los ochenta. Cuando se creó la Liga Nacional de Fútbol Sala, el Caja Toledo, impulsado por el dinero de CCM, ganó una Copa (1991) y una Liga (1992). Este año el Gelovisión Ciudad de Toledo ha ascendido a Segunda B, pero no se puede hacer una comparación con el pasado. Aún más abajo, en categorías regionales, están los equipos de balonmano y baloncesto. En el primer deporte, el Lábaro Toledo llegó a militar dos años en la Liga Asobal, entre 2009 y 2011. Sin embargo, ahora La Lupina Ciudad Imperial se encuentra en Primera Territorial y el Toledo Amibal juega en Segunda Territorial. En el segundo deporte, los equipos masculino y femenino del Club Baloncesto CEI de la Universidad Laboral están en Primera Nacional.