El entrenador del equipo tailandés ya había llevado a otro grupo a la cueva hace dos años
Ekkapol Chantawong, de 25 años, es el entrenador del equipo Mae Sai club de fútbol, conocidos como «los Jabalíes», que el pasado 23 de junio quedó atrapado en la cueva «Tham Luang» al norte de Tailandia.
Los 12 niños que rondan las edades de 11 a 16 años, junto con su entrenador, fueron encontrados por los buzos después de nueve días de angustia.
El entrenador del equipo es un joven que se dedica a enseñar a los chavales de la zona que les gusta el fútbol y juegan casi todos los días de la semana. En los entrenamientos, también es habitual hacer alguna excursión fuera de los terrenos de juego, como ir en bicicleta u otras salidas por el distrito de Mae Sai. Una de las excursiones que hace dos años hizo Chantawong con el equipo tailandés fue a esta misma gruta, «Tham Luag», pero esa vez no ocurrió nada.
En la tarde del sábado 23 de abril, después de las clases, doce de los trece chicos que entrena Chantawong, fueron al campo de fútbol dondejuegan habitualmente. Solo un chico del equipo Mae Sai, tuvo suerte, ya que no fue ese día a entrenar porque su madre fue a recogerle justo antes del entrenamiento.
Son varias las teorías sobre por qué los jóvenes llegaron a la cueva, cuando hay carteles advirtiendo del peligro de entrar en ella en época de lluvias. Desde mayo hasta principios de octubre el país asiático se encuentra en época de monzones, un fenómeno meteorológico que produce fortísimas lluvias.
Una de las posibles hipótesis es que a causa de la lluvia, el entrenador decidió que el equipo entrase en la gruta para protegerse del agua y que la subida del nivel del agua por las tormenta les sorprendió dentro.
Pero la más probable es la idea del entrenador de querer explorar la cueva y así poder celebrar el cumpleaños de uno de los componentes del equipo, que cumplía ese sábado 16 años. Al no ser la primera vez que el joven de 25 años lleva a un grupo del club a esa cueva, esta es la posibilidad que cobra más fuerza, además una tía Kham Chantawong, ha dicho que no es la primera vez que recorre esa cueva.
Las extremas condiciones de la gruta, llena de agua, y la dificultad que tienen los equipos de rescate para sacar a los niños hacen casi inviable poder llevar al exterior a los niños en los próximos días. Expertos en espeleologíahan comentado que lo mejor es esperar a que el nivel del agua baje, con el fin de la temporada de monzones, e ir proporcionando comida y medicamentos a los jóvenes.