El trasplante de Abidal, munición para la guerra sucia en el Barça
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Barcelona
Suele acertar el refranero español en los pensamientos populares que recoge. Tanto como que podría buscarse entre sus páginas uno que ilustrara la fagocitosis que existe en el barcelonismo y la ausencia de escrúpulos en la lucha por el poder. «En la guerra y en el amor todo se vale». Encaja a la perfección con el último capítulo acontecido en el Camp Nou y que salpica de lleno al flamante secretario técnico, Eric Abidal, que mantiene unos sensibles lazos de unión con la afición azulgrana desde que en 2012 superara un tumor hepático y un trasplante de hígado. Cuatro conversaciones telefónicas entre Sandro Rosell y un estrecho colaborador suyo (todo hace pensar que se trata de Juanjo Castillo) interceptadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil hicieron sospechar de la legalidad del trasplante e, incluso de que el donante fuera el primero de Abidal.
Aunque tanto el Barcelona, como los abogados de Sandro Rosell y el propio Abidal se apresuraron a desmentir la información de El Confidencial, la trascendencia de las acusaciones han obligado a la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) a abrir una investigación interna en colaboración con la OCATT (Organización Catalana de Transplantes) y el Hospital Clínic, lugar en el que fue intervenido el exjugador por el prestigioso cirujano Juan Carlos García-Valdecasas, para tratar de esclarecer si hubo algún tipo de irregularidad. El organismo estatal encargado de coordinar los trasplantes en todo el país, eso sí, quiso avanzar que la intervención se hizo «acorde con la legislación vigente y los protocolos clínicos habituales en materia de trasplante de donante vivo».
Abidal carga contra Rosell
Los hechos se remontan a 2017, cuando Abidal carga en una entrevista contra Rosell por no haberle renovado el contrato en 2013 a pesar que se había repuesto de su enfermedad. El expresidente le había prometido que si regresaba a los terrenos de juego le ampliaría su vinculación automáticamente. Esto provocó la airada reacción en la zona noble de la entidad. Tras las palabras de Abidal se produjeron las cuatro conversaciones referidas en las que queda reflejado que Bartomeu dijo que el francés era un «hijo de puta» por criticar a Rosell. El colaborador del exdirigente también fue rotundo cuando aseguró que «a este tío le compramos un hígado ilegal» o cuando afirmó que «vendimos que era del primo, ¡que era del primo! Le pagamos dos años de contrato, lo que le quedaba». La respuesta de Rosell fue un triple «sí» que presuntamente corroboraba estos hechos.
La candidatura de Laporta
El desengaño de Abidal con Rosell y Bartomeu le llevó a formar parte de la candidatura de Joan Laporta, enemigo declarado de ambos, en las elecciones 2015. Siguió criticando la gestión del expresidente y del actual mandatario. Incomprensiblemente, este verano ha aceptado la propuesta de Bartomeu para incorporarse a la secretaría técnica en lugar de Robert Fernández, a pesar de sus escaso bagaje en materia de fichajes. La maniobra del club ha sido más política que deportiva. Con su incorporación ha reparado su afrenta de 2013, ha conseguido congraciarse con la grada y tender un puente con el vestuario.
Las guerras de poder en el entorno culé han salpicado de lleno a Abidal en una causa que ya fue archivada el pasado mes de abril por Juzgado de Instrucción número 28 de Barcelona, que envió una comisión rogatoria a Francia para contrastar si el donante había cobrado o no y las circunstancias del proceso. Las autoridades galas aseguraron que el tipo penal no se correspondía con el español y se archivó.