Juzgan a la banda que asaltó una treintena de viviendas en Santiago

Los nueve integrantes de una banda criminal que hace cinco años mantuvieron en vilo a los vecinos de la capital gallega ante una ola de robos que dejó 26 casas desvalijadas se sientan hoy en el banquillo. La Fiscalía pide para ellos penas de 9 años y tres meses y 4 años y tres meses (en función del rol que desempeñaban en la organización) por el asalto a cerca de una treintena de viviendas entre el 10 de enero y el 1 de junio de 2013. Según apunta el escrito de acusación del fiscal, los acusados residían en el área de Santiago y Milladoiro (Ames) y presuntamente entraban en los domicilios forzando el marco de la puerta principal con una palanca de plástico. El Ministerio Público defiende que dos de los miembros de la banda robaban en el interior de las viviendas mientras un tercero ejercía labores de vigilancia.


De ese modo, los acusados —de nacionalidad argentina— se apoderaban de los efectos de valor que se encontraban en las viviendas. Posteriormente, y tras recibir el aviso por parte de los que estaban en el interior de la vivienda o en los portales de acceso, otro acusado acudía a los inmuebles para transportar los bienes ilícitamente sustraídos hasta un lugar seguro. Este sitio al que llevaban los efectos robados era proporcionado por otra de las procesadas en la vista que arranca hoy en los juzgados de la capital gallega, que colaboraba con la banda facilitándoles un espacio para que almacenasen los bienes antes de ser vendidos.


Los robos se dispararon en abril
Tras los robos, cuatro de los acusados vendían los bienes sustraídos por el grupo que asaltaba las casas a terceras personas. Los distribuidores, según Fiscalía, eran «plenamente conocedores» de la procedencia ilícita de los efectos, ya que mantenían contacto con los otros acusados. Los registros domiciliarios de los acusados fueron practicados por funcionarios policiales entre los días 4 y 5 de junio de 2013, y en ellos se encontraron gran parte de los efectos sustraídos, que fueron debidamente devueltos a sus propietarios. Los agentes que llevaron a cabo el operativo también detectaron que la actividad de la banda iba a más y que fue en los meses de abril y junio cuando se produjo el alarma repunte de robos que los puso sobre la pista.