Dieciocho años de cárcel para un extrenador de Mos por abusar de una jugadora
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ieciocho años, nueve meses y dos días de prisión. Es la condena impuesta por la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra a J.G.F., un extrenador de un equipo de fútbol femenino en la localidad de Mos, que abusó con acceso carnal de una menor de 16 años y que mostró a otra chica de la misma edad contenidos de pornografía infantil.
Según la sentencia, la relación de J.G.F. con una de las menores se inició en enero de 2016, cuando el procesado tenía 37 años de edad y la chica, jugadora del conjunto que entrenaba, 14. En otra ocasión, el entrenador mostró a otra jugadora de 15 años vídeos de contenido sexual en los que aparecía con otra menor. A posteriori, intentó practicarle tocamientos pero ésta se negó. El tribunal, a respecto de esto último, no apreció abuso sexual.
Uno de los debates generados durante la celebración del juicio fue la fecha en la que se iniciaron las relaciones. Mientras la acusación fechaba los primeros contactos a comienzos de 2016, la defensa la situó antes, en marzo de 2015, fecha en la que todavía no se había aplicado la reforma del Código Penal que elevó la edad de consentimiento sexual de los 13 a los 16 años.
Así, el tribunal considera probado que J.G.F. conocía en todo momento la «ilicitud» de las relaciones que mantenía con su jugadora, «por ello no cabe alegar ningún desconocimiento o error de prohibición en ningún momento», aunque se hubiesen desencadeando con anterioridad a 2016.
La sentencia se ampara, entre otras pruebas, en las conversaciones extraidas de los telefónos móviles del entrenador y la jugadora. A través de las conversaciones de Whatsapp, Telegram o Skype, J.G.F. demandaba a la menor que le enviara imágenes en «actitud sexual explícita», a los que la menor «accedió en varias ocasiones», mostrando sus senos o sus genitales.
Asimismo, el texto refleja el contenido de algunos de aquellos intercambios de palabras, en los que demuestra que el condenado sabía de la edad y de los riesgos de la relación con la menor. «Dios donde has estado todo este tiempo?? Por qué no eres un poquito más mayor?», le preguntaba el 28 de enero de 2016. Tras una felicitación de la menor, volvió a escribir: «Ese día 31 me cambió la vida, pase lo que pase y pese a quien le pese, ese día ya va a ser especial... Nos arriesgamos la vida... Sé que tienes 14 años, es normal que te equivoques, sé que tienes miedo, yo también lo tengo, es normal que lo tengas... miedo a que aquel 31 solo fuese un número más. Gracias por estos maravillosos meses, ojalá sean muchísimos más».
Tal era el nivel de conocimiento, que el 24 de abril de aquel mismo año la menor le dice que pueden encontrarse, pero que no quiere que «te metan en la cárcel por mi culpa buff eso si que no».
Conversaciones, en fin, que fueron determinantes para esclarecer las circunstancias del abuso y que finalmente han llevado al tribunal a condenar a J.G.F. a 11 años y un día de prisión por un delito de abusos sexuales con abuso carnal con una menor de 16 años, y a siete años y un día por delito continuado de elaboración de pornografía infantil sobre menor de 16 años, y nueve meses y un día por exhibición de material pornográfico entre menores de edad.
Además, el juez le ha impuesto la prohibición durante 20 años de aproximarse a la jugadora
y durante un año a la otra, a la que le mostró vídeos de contenido sexual. Cuando salga de prisión, será sometido a libertad vigilada durante siete años y deberá pagar un indemnización de 10.500 euros.