La comunidad de artistas como inspiración y compañía.

Como bien sabrán algunos, he regresado a casa para descansar y, también, compartir algunas de mis experiencias en el mundo de las letras con quienes estuvieran dispuestos a escucharme. Por fortuna, muchísimos de Ustedes me dieron la oportunidad de hacerlo y siempre les estaré agradecida y guardaré en mi corazón los recuerdos de esta gira de presentación de “Plegarias homicidas” en México.
Sí, es cierto que también he tenido la dicha de pasármelo entre comidas, reencuentros y brindis. Que he paseado por la playa y, felizmente, he recuperado aromas y sabores que, por el paso del tiempo, empezaban a perder nitidez en mi memoria. También que, gracias a los comunicadores que aún apuestan por la cultura y las letras, he disfrutado como nunca de las intensas jornadas de atención a los medios de prensa. Lo mismo cada una de las conferencias en las que tuve la fortuna de participar ¡Ha sido fabuloso!
Cada una de las noches que he pasado en Tampico, mientras todos dormían —soy una escritora noctámbula, ya lo saben—me he permitido repasar y fijar algunas de las experiencias y sensaciones vividas en mi libreta personal y debo confesarles que no me he sorprendido ni un tantito cuando noté que, a diario, había tenido charlas, intercambiado mensajes, recibido buenos deseos o alguna colaboración de mis compañeros artistas. En México, por citarles algunos ejemplos, Amuleto (Nano) con sus más que emocionantes interpretaciones musicales en vivo en las conferencias o Gregorio Vega Cuevas (Goyo) presente con sus aclamadísimas ilustraciones —que no solo están en el libro sino también en las proyecciones—.
Desde Argentina, los delirantes llamados y mensajes con el equipo de mi editorial, Ediciones Incluso los perros, quienes trabajaron a distancia y codo a codo con los técnicos de los recintos mexicanos; y las reuniones virtuales entre Sebastián Salas (mi amigo y editor), Fede (mi novio y productor de la gira) y yo en las que ajustábamos detalles de programación.
En resumen, un fiel reflejo de que, en el mundo de la cultura actual, los colectivos de artistas, la generosidad, lo interdisciplinario, la humildad y solidaridad, el apoyo mutuo y la horizontalidad son fundamentales para fortalecer las expresiones artísticas, lograr mayor difusión y responder a las expectativas del público. Pero no solo eso, también nos invitan a involucrarnos, crecer como artistas y —como me ha sucedido en estos días— nos hacen sentir muy queridos, respetados y apoyados.