AlfonsoyAmigos en Valsaín, en busca de los senderos perdidos
“Querer es poder” o cuando una frase se convierte en lema de supervivencia
Se llegó a oír un “estamos perdidos”, pero en ningún momento fue así. Siempre supimos dónde estábamos, los que se habían perdido eran las sendas y caminos que otrora habíamos recorrido y que hoy en día se encuentran enterrados bajo árboles caídos, ramas abandonadas y vegetación crecida de forma descontrolada por la humedad del invierno pasado.
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Fotos: Fernando, Luis Ángel, Santi y Alfonso
Fotos: Fernando, Luis Ángel, Santi y Alfonso
No hubo intención en ello, pero como ya nos pasara el 14 de agosto de 2016, coincidimos en hora y nos encontramos con la celebración de la Marcha Ciclo Turista Pedro Delgado en su 25ª edición que además celebraba el 30º aniversario del triunfo de Pedro Delgado en el Tour.
Un controlador de la prueba nos informa de que se han llegado a apuntar 2700 participantes y así debe haber sido realmente pues, viéndolos pasar en una caravana que parecía inacabable, demoramos más de 15 minutos la partida de nuestra ruta.
Allí estamos, intentando identificar a Perico Delgado o a Induráin en el grupo de cabeza:
Andrés, Fernando, Germán, Jesús, Juan Carlos, Santi, Alfonso y Luis Ángel, que regresa de vacaciones con el ánimo de siempre y con más ganas que nunca.
Un Embalse del Pontón a rebosar, que invita a acercarse en otra ocasión en paseo pausado para fotografiar cada uno de sus rincones.
Y la verdad es que lo sencillo es tirar de histórico y recorrer trazado conocido para jugar sobre seguro, así lo tenía en reserva, pero hoy tengo intención de buscar, encontrar y recorrer sendero que siempre hemos evitado siendo un grupo más grande.
Avanzamos por el Sendero de los Reales Sitios, junto al Río Eresma, y habrá quien parta con unos manguitos puestos que pronto sobrarán. Jesús y yo mismo comentamos que no llevamos las piernas muy frescas, tal vez por la Ruta de la Abuela de ayer, pero ya habrá ocasión de refrescarlas.
A los que van más sueltecillos pronto se les calientan las piernas y también el cuerpo al empezar a tomar altura dejando atrás la Fuente del Cura. Las explanadas, que aún conservan mucha humedad, nos obligan a ir dando pequeños rodeos, pero la Cuesta de Valparaíso hay que subirla sí o sí y los senderos en dura pendiente provocan más de un resbalón.
Atravesamos la pista que nos conduciría hasta la Cruz de la Gallega y nos adentramos en zona boscosa en donde se agradece la sombra al afrontar fuertes repechos. No viene mal una paradita en el Cerro del Picadero (1297 m) para compartir hora de almuerzo con toros y vacas que nos observan con poco interés.
Descenso divertido hasta alambrera con puerta peatonal donde se cruzan el Arroyo de los Acebos y el Arroyo del Meadero. En este punto es donde muere “la madre de todas las bajadas” (bautizada así en su día por Luis Ángel) con tramos de hasta un 30% de desnivel.
El trazado habitual nos dejaría caer en bajada divertida para acabar de nuevo junto al Río Eresma, pero aquí llega el objetivo de hoy… coger sendero que surge en subida por la izquierda.
Fuente de los Gallegos |
El primer tramo de camino ancho, con mucha tierra suelta removida en algún arrastrado reciente de pinos y poco más adelante se inicia un sendero más estrecho que parece prometer. Un par de grande pinos caídos cortan nuestro paso y nos obligan a apearnos, pero sorteados los obstáculos volvemos a dar pedales.
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Fuente de los Gallegoa |
No consigo encontrar el sendero en los mapas, pero in situ se distingue muy claro y nos acaba llevando hasta la Fuente de los Gallegos, con importante caño de agua fresca y banco de maderas bien preparado, aunque el cartel esté muy desvencijado.
La Bola del Mundo al fondo |
Luis Ángel coge agua como los demás y además acaba metiendo sus dos zapatillas bajo el fresco chorro. Poco atrás se había metido de lleno en trampal de barro.
Todavía podemos seguir adelante por este sendero que a tramos está marcado con señales de piedras, pero en un instante, con un birla birloque como en los mejores juegos de magia, desaparece bajo nuestros pies. Avanzamos buscando con la mirada cualquier señal con la esperanza de que el sendero se deje ver de nuevo.
Aquí o más adelante el camino juega al escondite con nosotros en una especia de cucú-tras que te incita a proseguir la marcha y así, en expedición más propia de Indiana Jones o de los primeros conquistadores en las selvas amazónicas alcanzamos la Peña del Buitre (1389 m). Descansamos y mandamos exploradores a otear 360º, pero pronto regresan con una frase común: “No hay camino de salida”.
Sin esfuerzo no hay triunfo, sin sufrimiento no hay gloria
Vemos con claridad en los mapas de nuestros navegadores que estamos bordeando la ladera de La Camorquilla, por debajo del sendero (ese sí transitable) que recorrimos y disfrutamos el pasado mes de julio.
De nuevo campo a través, entre medias de zarzas, ortigas y helechos de gran tamaño, sorteando como podemos las grandes ramas caídas que se nos cruzan en el avance, siguiendo las pisadas más o menos seguras del compañero que llevas delante. Santi avisa de que muy cerca parece distinguirse camino transitable.
Bueno, en tiempos debió serlo. El camino está ahí, pero más de lo mismo: Piedras y ramas arrastradas por temporales y vegetación muy alta que te oculta posibles trampas.
Ahora sí, llegamos a sendero pedregoso pero que permite transitar y que ya reconozco de anteriores incursiones. Atravesamos gran explanada en zona de Las Pamplinas y seguimos adelante tomando altura poco a poco.
El Arroyo de las Pamplinas y el de Nava las Horcas quedan atrás y llegamos al Cargadero y Puente de Minguete (1408 m).
Fernando está animado para proseguir ascenso por “el mortirolo” hasta la Fuente de la Reina, pero recuerdo que esto implicaría tener que descender después por la comentada “madre de todas las bajadas”, muy peligrosa por lo seco del terreno en estas fechas.
Perdemos altura por la pista que es el GR 10.1, hasta cruce del Arroyo Minguete con el del Telégrafo, para coger sendero divertido que nos aproxima de nuevo al Río Eresma. Incluso en los márgenes del río principal nos encontramos árboles caídos, tocones y raíces arrancadas de cuajo y mucho ramaje que nos dificulta el avance.
En hermosa charca que ya toma tintes de auténtica poza algunos nos atreveremos a quitarnos el calor acumulado en las piernas. Momento de relajo que ya ha aprovechado Andrés en otras ocasiones.
En nuestro avance nos encontramos con senderistas y "domingueros" que huyen de los calores de la ciudad e infinidad de coches que se amontonan en la Zonas Recreativas de la Boca del Asno y en la de Las Mesas. Cerca de las 13,00 horas y mucha gente aún busca lugar donde plantar sus sillas y cesta de campo. (Sin saber por qué me acuerdo de Chicho)
Ahora por el margen derecho del río avanzamos con menos dificultad e incluso a muy buen ritmo, que aún se incrementará (como es habitual) al superar La Pradera de Navalhorno y hasta llegar a San Ildefonso.
Germán quiere llegar pronto a casa, pero aún nos dará tiempo de realizar la propuesta final: Bordear el Embalse del Pontón Alto. (Terminado de construir en 1993)
Junto al Río Cambrones cogemos desvío y nos adentramos junto a la cola del embalse por senderillo divertido que en los primeros tramos transcurre por la sombra.
Después, ya es seguir el camino bien trazado en un continuo sube-baja y zigzagueo divertido que nos llevará hasta la pantalla que deja escapar el agua que le sobra.
El calor aprieta y podríamos acortar camino por senda peatonal que nos llevaría hasta los coches, pero no nos gusta saltarnos las prohibiciones. Tomamos ascenso hasta cruce con carretera de Segovia y cogemos el carril bici de regreso agotando las fuerzas que nos quedan a más de uno.
No faltan los abrazos y esas merecidas cervecitas compartidas por aquellos que han podido arañar unos minutos más para bromear y comentar la ruta.