Una de las principales promesas con la que el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, llegó al poder fue la de eliminar los excesivos privilegios de los que gozan los burócratas y destinar los recursos liberados a la inversión pública y programas sociales. A esta iniciativa de reducción de privilegios se le ha llamado Plan de Austeridad Republicana.
Para la sociedad ya no es suficiente que los gobernantes actuales, independientemente del partido político al que representen, se hagan presentes en el escenario electoral con grados académicos o experiencia adquirida, pero lo que ahora se debe de exigir es un antecedente ético de su perfil profesional. Esto implica un cambio de paradigmas en la ciencia política moderna porque el terreno de la legalidad ya no es suficiente elemento de convicción para acreditar el recto proceder de las personas, ahora es el contenido moral de las mismas lo que implica un reto para los líderes de nuestro tiempo en todo el mundo.
La semana pasada se llevó a cabo la boda millonaria de César Yáñez, el vocero del Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, durante la campaña de 2018 y desató la polémica en redes sociales por no reflejar el plan de austeridad del próximo gobierno. A este majestuoso evento asistieron personajes de la política mexicana como Tony Gali, Gobernador de Puebla; Manuel Velasco, de Chiapas, el líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en el senado y Andrés Manuel López Obrador. Alrededor de 300 invitados fueron al evento en donde sirvieron langosta como banquete con un valor aproximado de 750 mil pesos. La diversa decoración floral en el suelo e interior del Centro de Convenciones se calculó en un aproximado de 300 mil pesos.Para amenizar, Los Ángeles Azules fueron contratados para interpretar sus más recientes éxitos.
Este evento reflejó la frivolidad e imprudencia del vocero del presidente electo de la República y ofendió la imagen de austeridad que marca a la nueva administración.
Que Yáñez haya actuado de forma legal y haya pagado su boda con recursos personales no lo exime de la austeridad que presume su jefe. No olvidemos que la burda ostentación de la vida privada de la saliente administración provocó que la población manifestará su hartazgo ante el constante abuso de su clase gobernante.Es esta diferencia entre lo legal y lo ético, lo que nos permite entender entonces que es muy posible que algo que está legalmente permitido, sea éticamente inapropiado; que algo que la ley no prohíbe, desde la ética pueda ser considerado como una conducta reprochable.
Lo único que es palpable y cierto es que, aún con el plan de Austeridad Republicana, seguimos atestiguando que la ostentación y el deseo de brillar mediante absurdas banalidades siguen siendo el centro de la vida política del país.