La emotiva entrevista de ABC a Montserrat Caballé: «En España les costó un poco aceptarme»
La soprano Montserrat Caballé, fallecida en la madrugada de este sábado a los 85 años de edad en Barcelona, nunca tuvo problemas en contar el amor que sentía por la música. Para ella, 2012 fue un año especial, pues volvió a dar un concierto en Madrid después de ocho años. Por ello, concedió unas declaraciones a varios medios, entre los que se hallaba ABC, En su momento, lo contó Susana Gaviña.
«Sigo cantando porque me gusta y lleno teatros de cualquier hemisferio», ha subrayado esta mañana, de manera vehemente, Montserrat Caballé harta de que la pregunten si se ha retirado o no del escenario. Lo ha dicho durante la presentación del primer recital que dará en ocho años en Madrid, el próximo 9 de junio en el Madrid Arena (la última vez que actúo en la capital fue en «Cleopatra», en versión de concierto, en el Teatro Real), en el que cantará junto a su hija, Montserrat Martí.
En el transcurso del encuentro con la prensa, la soprano ha agradecido a la organización del concierto, patrocinado por ABC, que las inviten a ofrecer «uno de los miles de recitales» que dan por el mundo, pero «hay gente que no se entera» y «es sorda». Esa misma gente que la pregunta, para disgusto de la soprano, si se ha retirado ya. «Y yo sigo trabajando, aunque ya no pueda cantar "La traviata"», ha reconocido. «Porque antes de no poder hacer bien una cosa, prefiero no hacerla. Me gusta tener los pies en la tierra».
Época irrepetible
Con más de cincuenta años de carrera -debutó su primera ópera en 1956, y su presentacion en España fue en 1962, en el Liceo-, la diva, que se distancia de esta palabra -«me parece una tontería»-, asegura que entonces tuvo lugar una época irrepetible de la ópera. Una época en la que confluyeron tres estrellas: Renata Tebaldi, María Callas y Joan Sutherland. Tres artistas que respetaban por encima de todo al compositor. Una filosofía que ella misma ha querido mantener con rigor a lo largo de su trayectoria. «A mí me gusta servir a la música, y cuando veo que alguien lo hace, me emociona».
Y sentencia que «en la música no se puede ser falsos. A veces suples una frase y al público le puedes engañar, pero no al compositor al que no ayudas. Eso es algo que hacer para tí, para procurarte tu propio éxito y no beneficia al compositor»
Cuando se remonta a su juventud, la soprano guarda «un recuerdo maravilloso de sus años de estudiante, en la Escuela de Canto». También rememora su primera salario, algo más de setenta francos suizos... Desde entonces, Caballé ha abordado innumerablespersonajes, de los que mantiene 42 en su repertorio. Y ha paseado por el mundo su magistral voz, congregando fans desde Japón -donde saltan al escenario cuando les gusta algo-, pasando por Alemania -«donde me consideran alemana»- hasta Suráfrica.
Pero la soprano no fue profeta en su tierra, aunque ahora sea muy querida y admirada. «Les costó un poco, pero al final me aceptaron en España». Y señaló este mal endémico de nuestro país de no permitir a los artistas ser profetas en tu tierra. Algo que sufren otras cantantes como Ainhoa Arteta, que mañana hará finalmente su debut operístico en el Teatro Real con «Cyrano de Bergerac». «Arteta es una gran embajadora de España. Y no se la valora tanto aquí como fuera», ha subrayado.
Gran bombazo en Madrid
En cuanto a sus colaboraciones junto a su hija, la soprano ha reconcido «que se emociona» al cantar junto a ella, «aunque intento que no se me note». Mientras que Montserrat Martí confesó cómo estuvo «engañando durante ocho meses» a sus padres (Caballé y Bernabé Martí) al no desvelarles que quería cantar. «Desde que nos escucharon cantar juntas nos ofrecieron muchos contratos», ha señalado la soprano casi octogenaria.
En cuanto al programa que ofrecerán el 9 de junio madre e hija, acompañadas por la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, bajo la batuta de José Collado, en la primera parte se centrará en el repertorio italiano y francés, y en la segunda, «cantaremos zarzuela».
En cuanto a si esto significa la reconquista de Madrid, después de ocho años de ausencia, Caballé ha afirmado que «cada vez que he actuado en Madrid ha sido un gran bombazo. Aquí he vivido grandes emociones y experiencias, muy difíciles de olvidar. Si esta tiene que ser la última vez, que lo sea, pero con gloria».