El Círculo Mercantil: nostalgia
Historia vs comercio.
Estoy preocupado porque el maestro Ricardo Torres Martínez está encabezando un proyecto en el que el Círculo Mercantil arrasará con su historia y se convertirá en un emporio comercial de desarrollo urbanístico en el centro de la ciudad.
Esta situación de desaparecer la historia por el comercio es característica de los pueblos subdesarrollados y me da pena ajena, porque cuando lo comparo con otras ciudades en las que viví, como es el caso de París, aprendí que aun en grandes metrópolis de enorme prestigio internacional como ésa se conserva lo tradicional e histórico en el desarrollo urbano, y el comercio explosivo se aleja de las áreas que son el refugio urbanístico del bien vivir y no sólo del ganar y comercializar todo.
Aquí en Monterrey, a pesar de que tenemos muy pocos recuerdos que identifican a nuestras tradiciones, porque somos un pueblo joven en el desarrollo cultural, estamos arrasando con un emblema. Me refiero a que durante muchos años el Círculo fue el refugio del deporte, la literatura y la convivencia para encontrar fórmulas de conversación.
Esa institución es también el reducto de la amistad no interesada en lo comercial, concepto que ha sido aplastado en la época actual por esta iniciativa que ahora se refleja en la idea de la destrucción del Círculo Mercantil, como ha sucedido con otros, parte de los procesos históricos, en base al querer ganar y al querer tener y no solo al querer ser.
En ese lugar y en un espacio al que se agregaba parte de lo que ahora son el Palacio Municipal y el edificio Kalos, estuvo, desde 1612, el bello Convento Franciscano de San Andrés, hasta 1914 en que el gobierno del gral. Antonio I. Villarreal lo demolió. Así, a principios del siglo pasado perdimos una joya arquitectónica de la época colonial.
Descartes: Pienso, luego existo… Monterrey tiene muy poca historia. Nos corresponde cuidarla.
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