Cada año aparecen 120 casos nuevos de niños con cáncer
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Especialistas, pacientes y allegados están profundizando en la rehabilitación lingüístico-cognitiva, física, psicoemocional y social de los jóvenes y adultos que sobreviven, así como de los recursos que hay actualmente para atender esas necesidades y los que se necesitarán en un futuro «que no son pocos», dice la responsable de la unidad de Oncología Pediátrica del Virgen del Rocío, Catalina Márquez.
Otro de los objetivos de este encuentro es profundizar en el conocimiento de las secuelas que pueden padecer los menores que se someten a tratamiento por sufrir algún tipo de tumor, y facilitar su atención por los especialistas de las unidades de adultos una vez cumplen la mayoría de edad.
Catalina Márquez ha dicho a ABC que cada año solo en este centro se diagnostican entre 100 y 120 nuevos casos de niños menores de 14 años con cáncer y que se asisten más de 2.750 consultas y 750 ingresos en la planta motivados por esa enfermedad.
Las fracturas patológicas y neoplasias malignas musculoesqueléticas, los tumores del sistema nervioso, del sistema endocrino, y los linfomas, mielomas y leucemias se encuentran entre los procesos más frecuentes que tratan los especialistas.
Los resultados de los tratamientos de niños y adolescentes con cáncer han mejorado gracias a las terapias intensivas multimodales, siendo la supervivencia actual de un 80%.
«Cada vez más niños superan la enfermedad y llegan a la edad adulta, por lo que están apareciendo nuevas secuelas o efectos secundarios que antes apenas tenían incidencia o no se conocían», explica la doctora Márquez.
Según señala, el 70% de los supervivientes de un cáncer infantil tiene, al menos, un efecto secundario al tratamiento y que el 30% sufre una complicación tardía seria.
De forma global, quienes lo superan soportan un riesgo 8 veces mayor que la población general de desarrollar enfermedades crónicas severas.
«Estos niños –sigue— también tienen mayor riesgo de desarrollar segundas neoplasias. Los hábitos de vida como fumar, beber, dieta no equilibrada o sedentarismo pueden aumentar el riesgo de desarrollo de estas complicaciones». Destaca que los supervivientes necesitan recibir un seguimiento activo durante toda su vida y que los pediatras de Atención Primaria deben detectar el cáncer infantil para que el diagnóstico se tenga cuanto antes y poder actuar.
Hay que destacar que la excelencia de dicha unidad de Oncología Pediátrica ha hecho posible que haya sido designada por el Ministerio de Sanidad como unidad de referencia nacional para el tratamiento de los neuroblastomas, los sarcomas de la infancia y para el trasplante de progenitores hematopoyéticos alogénico infantil en colaboración con otras unidades, como Anatomía Patológica, Hematología y Radiodiagnóstico.
Enfermedad crónica con grandes costes
Algunas complicaciones de los tratamientos llevan a una enfermedad crónica o discapacidad, que conlleva una carga significativa tanto para el enfermo como para su familia, los servicios de salud y la sociedad en general. Los sistemas más afectados son por orden de frecuencia el sistema nervioso (39%), el endocrino (32%), ojos y oídos (22%) y riñones (17%). También se observan alteraciones cardiacas, gastrointestinales, musculoesqueléticas, pulmonares, de la maduración ósea y crecimiento, del desarrollo neurocognitivo (dificultad del aprendizaje y memoria), psicosocial (ansiedad, depresión, infertilidad y dificultades en la reproducción.