Durante más de cien años hemos oído repetir en Cuba una frase que el uso ha hecho célebre: “Acabó como la fiesta del Guatao”. Lo curioso del caso es que desconocemos realmente qué fiesta fue aquella, aunque por el sentido que se da a la expresión se sabe que no tuvo un final feliz. Nadie duda de que se trató de algo que empezó bien y finalizó mal.