Hasta en el boxeo hay niveles
No sé ustedes, pero a mí me da gusto que esté de vuelta Manny Pacquiao. Ya hacía falta verlo de este lado del mundo.
Sé que con este comentario me gané un par de jabs tuiteros un tanto envenenados... pero no pueden negar que este filipino de casi 40 años da estilo de peleas que a los fanáticos les gusta.
Lo que me desagrada de este regreso, es el rival.
¿Qué ha hecho Adrien Broner para merecer disputar otro título mundial, además de destacar siendo un caos abajo del ring y arriba un pelador del montón?
Para Pacman hay poco que ganar en esa pelea y mucho que perder, pero creo que terminó aceptando la pelea con El Problema más como una cuota que tiene que pagar ahora que cambió de promotora (qué por cierto será objeto de estudio ver cómo transitó el camino de separación con Bob Arum, sin que las cosas se pusieran feas).
Eso sí, Manny tiene la tirada de que si le gana a este desordenado pupilo de Mayweather, pueda lanzar el anzuelo en busca de una revancha con Money... pero conociendo a Floyd, está un poco difícil.
El filipino, quien recientemente reveló que es un adicto al boxeo y por eso no lo ha podido soltar, reconoció que ya no entrena como antes y se nota. Como buen veterano, cambió las largas jornadas de gimnasio, por una mejor inversión de su tiempo y se nota. Pero yo no lo catalogaría como disminución de cualidades, sería más como una evolución.
No se puede pelear de la misma forma todo el tiempo y menos cuando eres un peleador que está cerca de cumplir 24 años como profesional, sería un kamikaze si lo hiciera y sin duda - además del salón de la fama - sería también un candidato para la casa de las risas.
Ojo con lo que haga Pacquiao arriba del ring, pues Broner es bueno, pero se duerme en sus laureles, y el filipino es un rastreador nato de oportunidades que a Adrien le encanta regalar, pues si algo no ha disminuido es la velocidad de puños y precisión que lo llevaron a ser comparado por Nacho Beristáin, como un gato a la defensiva.
¡Nos leemos en el siguiente round!