Bruselas reúne al grupo de contacto en Montevideo para buscar una salida en Venezuela
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España, Francia, Alemania, Italia, Portugal, Suecia, Países Bajos y Reino Unido, por parte de la UE, así como Ecuador, Costa Rica, Uruguay y Bolivia por parte de Latinoamérica participan en el grupo de contacto, aunque la Unión todavía espera que México acepte sumarse.
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, acudirá a la reunión ministerial en Montevideo este jueves, organizada conjuntamente por la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini,
y el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez. No todos los países estarán representados a nivel de ministros, según han avanzado fuentes europeas, que han aclarado que a la cita no acudirán ni representantes del Gobierno de Nicolás Maduro ni del equipo de Juan Guaidó.
El Gobierno español, que llevaba meses intentando impulsar este grupo en el seno de la UE, confía en que, en esta nueva situación, este mecanismo sirva para poner en práctica un apoyo internacional a unas elecciones presidenciales transparentes y creíbles conforme a estándares internacionales, que son la única vía de solución pacífica y democrática, ha explicado un portavoz del Ministerio de Exteriores consultado por Europa Press.
También espera que el grupo sirva para que los países refuercen la respuesta humanitaria a la crisis que vive el país, antes de las elecciones y, dada la gravedad de la situación, posiblemente después.
Así, España rechaza de plano la interpretación de que el grupo de contacto pueda servir para darle oxígeno a Nicolás Maduro -como temen los partidos venezolanos y el Grupo de Lima-, sino que quiere que sirva para hacer efectiva la convocatoria de elecciones en el menor tiempo posible.
Mogherini ya dejó claro que el grupo, que estará coordinado por la Unión Europea y cuenta con países que han reconocido a Juan Guaidó como presidente interino para convocar nuevas elecciones y otros que no, tendrá un mandato «limitado» de 90 días para promover «un entendimiento común y un enfoque concertado entre los actores internacionales clave», con el objetivo de lograr una solución «pacífica y democrática» a la crisis venezolana.
La jefa de la diplomacia europea ha dejado claro que pasado este tiempo, si no logra resultados, se pondrá fin a su labor. «En ausencia de progresos suficientes se terminará», ha dicho. «Ganar tiempo no es el objetivo del ejercicio, es acompañar al país (...) hacia unas elecciones democráticas y pacíficas», aseguró el pasado 31 de enero al anunciar el grupo, dejando claro que el grupo en ningún caso hará mediación.
El presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, ha estimado que las elecciones podrían convocarse en seis o nueve meses, un plazo mucho más largo que el mandato del grupo de contacto. A partir de ahora, está por ver qué periodo es necesario para que las elecciones se celebren con plenas garantías, incluyendo a liberación de los presos políticos y la participación de los emigrados.
Además, la UE espera «un gesto» de Caracas en estos 90 días como la liberación de los presos políticos y la restitución de los poderes de la Asamblea Nacional para no poner fin a su labor, consciente de que la salida de la crisis en Venezuela requerirá más tiempo.